Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

8 ELLA DUNBAR TEMPLE pues la hora de executar la empresa se colocó una pieza ·de artillería á la rivera del rio, y como ochenta pasos del puente con una compa– ñia de fusileros de Tarma, para que atendiendo al fuego que hacia por el costado derecho, el enemigo de la otr~ banda del rio Guacar protegiese el paso de los nuestros hasta apoderarse de las posesiones enemigas. Con efecto, habiendo comenzado un vivo fuego de arti– llería, y expresados fusileros, se avanzó con el mayor denuedo y bi– zarría la compañia de patriotas voluntarios del cerro de Paseo con los esforzados dragones de Lima, é inmediatamente las valientes, pri– mera de fusileros de Tarma, y segunda de Fronteras, los que ha– biendo pasado el puente en los momentos de sorpresa que cau– C149C sic) J saba a los enemigos el incesante fuego por el flanco de la orilla del rio, los atacaron casi á tiro de pistola, en cuyo acto la compañia esforzada de granaderos al mando del teniente D. José María de Santa María, y su sub-teniente D. Ignacio Odria, que sos– tenia el paso del puente sobre la izquierda, pasó por mi órdeil á re– forzar las que avanzaban sobre el enemigo, á quien persiguió cerro arriva con un valor extraordinario, matando á muchos. El número de los contrarios en ámbas posiciones, incluyendo los que se divisaron en la cumbre del cerro de Chancha seria como de mil y quinientos. El de los muertos en ámbas vandas de los dos rios de mas de docientos y cincuenta: el de los heridos en mas cre– cida porcion, y de prisioneros diez y nueve, no habiendose perdido por nuestra parte ni un solo hombre, y quedando unicamente heri– dos cinco, y de muy poco peligro á excepcion de uno, que una bala le rompió ámbas piernas. Este es el puntual detalle de cuanto ha ocurrido en la accion de este dia. La oficialidad y tropa, cada una en su respectivo lugar y tiempo, se han conducido con todo el valor, energía y firmeza dignos de la gratitud, y consideracion de todo el Perú. Los patriót as del cerro al mando de sus co~andantes D. Ma– n uel Santalla y D. Eugenio Gurtubay, han dado las mas eminentes pruebas de su honor, y lealtad arrostrando todo genero de peligros, y auxiliando gratuitamente y sin el menor gravámen los sucesos de esta expedicion. No ha sido menos la intrepidez y acertadas operaciones del ca– pitan D. Tomas de Mendizabal, á cuyo valeroso esfuerzo se devió el pronto paso del puente, y repentino ataque del enemigo. El comandante de la infantería D. Atanasio de la Canal, y su hermano D. Manuel capitan de la primera de fusileros se han por– tado con el valor y (pág. 147 1 pericia que de ante mano tenían mani-

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