Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

10 ELLA DUNBAR TEMPLE permanecido durante los tristes acaecimientos ocurridos en ella des– de el 23 del mes último, habían salido en mi encuentro el día ante– rior á la distancia de dos leguas con el oficio de que acompaño co– pia con el número I. La noticia que en clase de reservada me co– munican los sugetos que lo subscriben, ningun cuidado me impuso, y campé á la vista de la ciudad de un modo ventajoso para todo evento, pues la hora ya avanzada no era aparente para hacer la en– trada á que me convidaban. He encontrado un esqueleto de pobla– cion, y los muy contados habitantes que encierra sorprehendidos, y como espantados. No fué cierto que los insurgentes se hubiesen atrincherado en Visacaca, aunque encontré preparativos muchos que acreditaban lo pensaron á la entrada de la ciudad. Parece han huí– do á sus pueblos los insurgentes con ·SU infame caudillo el regidor Castillo. Tomaré noticias de su verdadera ruta, y los perseguiré = Este escape, y mi entrada á esta arruinada ciudad sin necesidad de segunda accion de armas, ha sido una de las resultas de incalcula– bles ventajas para la tranquilidad de estos paises, de la memorable baralla [sic] del paso del puente de Ambo, en que segun disposicíon de los mismos enemigos, tubieron por imposible, y mas de trecientos muertos, muchos heridos y dispersos cuyo paradero ignoran, con bas– tantes armas de fuego y blancas. = El despo- [pág. 149J blado que ocupa– ba cuando extendí mi primer parte fecha del 18 del que rige: el te– rrible temporal que sufríamos de lluvia, y aún la falta de utencilios de escribir, por interesarme sobr e todo tomar posicion ventajosa pa– ra evitar sorpresas, eludir emboscadas, y la dominacion de terreno en unas quebradas horrorosas, y en fin la fatiga que todos había– mos tenido sin ahorro de incomodidad, me hicieron caer en algunas faltas que la justicia, y el interior convencimiento de mi conciencia me estrechan imperiosamente á llenar en el presente, para que da– do á la noticia pública, juntamente que el primero, no queden priva– dos del aplauso y del agradecimiento á que soµ acreedores los dig– nos oficiales y soldados de este egército que en la atrevida empresa de pasar el puente de Ambo, han dado un dia de gloria á la patria, y fixado la suerte de muchos pueblos. = Dicho puente constaba de so– los dos palos únicos que con indecibles esfuerzos pude adquirir de diez y siete, y diez y ocho varas de largo fixos sus extremos en tres órdenes de canes salientes de las barrancas de una y otra orilla de cuatro á cuatro y media varas, para suplir la falta de largor de los palos, quedando por cor~siguiente tan •angosto el transito que solo podia pasarse a la desfilada con precision de tocar los que salían en· el pie mismo de la roca, y cerro elevado que tenían ocupados los enemigos parapetados del modo que dige en mi citado parte, y te– ner que correr un terreno de mas de 300 varas desde la .salida de

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