Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 15 Huanuco: esta ciudad, que á mi entrada en ella el dia 20 de dicho marzo, era un desierto espantoso por la falta de habitantes emigra– dos, y escondidos en los cerros, grutas y bosques, se repuebla dia– riamente volviendo á sus hogares cuantos los habian abandonado lle– nos de confianza en la disciplina de mi tropa, y su moderada con– ducta que le inspiró y dió por educacion su exemplar coronel D. Lo– renzo Antonio de Cardenas, y sus dignos oficiales que la mandan de inmediato, respirando la seguridad que habían perdido con la espe– ranza de recobrarla, segun el grado de desórden á que todo había llegado, y destino infeliz á que los tenían condenados los viles insur– gentes, quienes al salir á oponerse á las armas del rey en Ambo, va– ticinando el triunfo á su favor , les amenazaban con el exterminio á su regreso. Esta ha sido en todos 19s tiempos la conducta de los malvados, y será constante en los sucesos de insurreccion, pues los viles que las promueven jamas reconocen freno en sus desórdenes, ni a!J.n ,despues de consumir las mayores iniquidades = Tales son las consecuencias, y los favorables efectos que ha producido la de– rrota que sufrieron los insurgentes del 18 de marzo último en el puente de Ambo, como se evidencia de esos y otros partes, que he recibido: testigos irrecusables los muchos dispersos de ellos que se diseminaron por las provincias de la matanza que sufrieron; del arrojo y casi inexplicable valor con que se avanzaron á los mayores peligros las tropas del rey, han derramado por todas par tes el es– panto, y el miedo que les produjo el triste espectáculo de mas de quinientos cadáveres que [pág. 238 1 en los cerros, y pampa pequeí\_a de Ayancocha reconocieron como fruto de su infidelidad y obstinacion. Fiados en su número, en las posiciones ventajosas, de donde nos dominaban, y en las armas de fuego con que venían, creyeron se– guro el triunfo. Enemigo por carácter, y s iempre temeroso de pa– sar la raya de la moderacion solo he dicho en mis partes que los in– surgentes se nos presentaron en número de 1500 en banguardia; pero despues he sabido positivamente fueron mas de 4000; y si es– tamos á las confesiones de los reos en autos, pasaron de 8000 los que batieron aquel memorable dia, tres solas compañias del regimiento de Tarma, dos del de fronteras, y menos de cien voluntarios del ce- . rro, siendo el verdader o número de sus muertos ántes mas que mé– nos el que ahora señalo, pues asi r esulta de los que se han enterrado, y echado al rio de Huacar, quemado y trasplantado en mulas por los pueblos circunvecinos al de Ambo = Dios guarde la importante vi– da de V. E. muchos años. Huanuco 22 de abril de 1812: = Excmo. Sr. ·= José Gonzalez de Prada. ·= Excmo. Sr. virey del Perú D. José Fernando de Abascal.

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