Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUÁNUCO DE 1812 35 del Tucuman á fin que el capital general de las Provincias del rio de Plata tenga menlos oposición para hacerse dueño de la Capital y del Paraguay, abriendo de este modo la comunicación con dicho Jefe, que le es tan necesaria pues no recibe otras noticias que las altera– das que adquiere por Chile, cuyo Reyno está dividido en dos par– tidos uno de la concepción dirigido por un Abogado llamado Rosas, y otro de Santiago que tiene por cabeza á dos hermanos llamados Carreras, tan traidores y malvados como aquel, habiendo ya mar- ·chado ambos y armadosen el confin de sus distritos cuyo resultado espera.- En Postdata dice que no encuentra otro principio á la Re– volución de Huanuco que el veneno que esparcen los papeles sedicio– sos que se imprimen y publican antes que se pueda recojer con im– punidad de sus autores. Que si el poder soberano no da pronto re– medio corre eminente riesgo aquella America que según noticias par– ticulares Quito se declaró independiente, dividiendose en dos partidos uno de los Montutares que hizo la revolución y otro que le disputa el mando pero los dos accerrimos contra la buena calsa.- Acompaña ciopia de tres oficios dirigidos por el General Goyeneche. El pri– mero desde su cuartel general de Potosí con fecha de nueve de enero . próximo pasado da parte de varias marchas que hizo el Brigadier Picoaga, retirándose en buen orden de las tropas al mando del in– surgente Diez Velez que le seguía con superiores fuerzas, hasta que consiguió alojarse en puesto ventajoso donde reunido con dos divi– siones que había mandado á reforzarlo, atacó á los Porteños ponien– dolos en desordenada y retrogada marcha, causandoles perdida con– s~derable; da igualmente parte de los Gobernadores y Guarniciones que ha dejado eh los puntos que tubo por conveniente. El segundo remite con fecha del diez y ocho del mismo mes, el parte detallado de la acción que sostuvo la vanguardia al mando de Picoaga, que fue atacado por los insuregntes en tres columnas en número de dos mil hombres en la Plaza de un Río bastante caudaloso con cinco pie– zas de á dos reforzadas, pero que aunque desgraciadamel)te de cua– tro piezas que el tenía en dos baterías á barbeta, le desmontaron tres, sin embargo batió la Plaza, poniendo en fuga á los rebeldes con perdida de sesenta muertos, muchos heridos y tres prisioneros y dies y siete de los segundos.- Por el tercero dá parte de háber otra vez atacado susi parts dea [sic] guerrilla á · los revolucionarios,· man– dado por el mismo Diez Velez con tanto valor é intrepidez que que– daron desechos con muchos muertos y heridos, un capitan de Blander– guer y doce dragones armados, prisiobneros, sin ·perdida por nuestra parte, que por noticias recien bidas posteriormente, pasan de ciento cincuenta geridos los que habían recogido; Que para la seguridad de sus tropas y á fin de ir conteniendo J.as sublebadones ponía en los Go-

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