Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 77 Decía ese magistrado~ al interponer el recurso de súplica contra la sentencia de vista, en el proceso sobre la insurrección de Huánuco, lo siguiente: " ......... el origen .de estos tumultos es el despotismo y comer- cios reprobados de los Subdelegados, contra quienes nada han podido las quejas anteriores de los pacientes.- Poner en un solo pueblo, como en el de Panao cuatro ó seis jueces; autorizar con providen– cias á los mismos repartidores de especies, para que se cobrasen de sus injustos precios, permitir que se les quitasen cuanto cosechaban, sin otra medida y otro precio, que el que querian los propios tiranos; tolerar prisiones largas por estas clases, de deudas, y aun sabiendo que eran insolventes los que las sufrían; decretar que en ellas entra– sen los hijos é hijas por lo que debiesen padres, hermanos ó maridos; últimamente, hacer repartos los mismos jueces, y ejecutar en su favor estas propias extorciones, injusticias y crueldades, era poner un continuo pábulo al fuego de la desesperación, y querer un milagro en qüe esta no descubriese su llama alguna vez ......... " {Fragmento del recurso de súplica del Fiscal Protector, Dr. Miguel Eizaguirre con tra la sentencia de vista en el proceso sobre la in– surrección] . VII De: Huánuco en la r evolución de la Independen cia, por Baldomero Fernández Maldonado. Lima, Imp. Americana, 1938, págs. 23-24. "Antes de encargarme por menor del ·recurso y tener que con– testar señalaré como hechos verdaderos que los habitantes de la ex– presada chacara del pueblo de Pampas coadyuvaron en la insurrección general de ese partido e inmediatos, como sugeridos por ~l rebelde Aro que por ello murió en esta ciudad ajusticiado en virtud de la sentencia de revista de S. A. en el Real Acuerdo de justicia de la ciudad de los Reyes, el que tenía labrada habitación en el mismo Pampas donde aun reside un hermano suyo: que dicha sublevación en consorcio con los indios de Cani y algunos de Huayllacayán me causaron gravísimos daños en dicha hacienda en sementeras: des– quicio de ventanas; ganados; y principalmente en haberme robado del ingenio de Huancamina fierros, sal, azogue y la plata de varios cuerpos que tenía incorporados y en estado de tina; que en vista de unos tales atentados y deseando yo reducir a los términos de la razón y de la justicia, a todos los habitantes de Huayllacayán y Pampas

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