Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

82 ELLA DUNBAR TEMPLE provoca la opresion hasta de los infantes; pero en favor del ame– ricano ni el oro mismo tiene influjo, que todos se creen con derecho á poseerlo y acaban por despojarselo: esta verdad estaba gravada · en mi corazon por hechos tan notables que siempre hubiera mirado con horror en cualquiera estado de libertad, y fortuna esta sociedad. Pero si las relaciones de este mi singular amigo sobre el estado de América eran lisonjeras y me arrancaban lagrimas de ternura á to– rrentes, recordandome los desastres de mi herm·ano y <lemas sacri– ficados en el año 80 y mostrandome una nueva vida en los paises que me habian visto nacer; no por eso dejaron de ser á mis ojos por mucho tiempo solamente bellas· imagenes, porque no podia dejar de hacer interiormente comparaciones del estado en que dejé el Cuzco y <lemas paises con el que se me pintaba, y ciertamente sin el extre– mecimiento que ha producido en Europa la revolucion de Francia y la sentella de luz que ha arrojado por todas. partes donde exis– tia el combustible de la razon humana, y por la marcha ordinaria en que tenía la España á 4mérica, sería imposible su situacion actual á lo menos no se hubiera verificado sino despues de siglos. Pero la lle– gada de muchos presos por esta causa, la mayor afliccion en que nos tenian á los americanos, y los, ecos broncos de toda la Europa que diariamente llegaban hasta aquel presidio formaron una opinion en mí muy segura. Hasta el año 20 lo pasamos con mi compañero en un continuo progreso de esperanza, y á proporcion que se hacia el de nuestras opiniones sobre el estado de América, él ejercitando sus cuidados conservadores y singularmente proligos acia mi persona, alimen– tando mi espíritu de consideraciones que mis gastadas facultades no podian hacer por sí mismas, y yo admirando la concurrencia de tan– tas cosas en mi favor, y particularmente la noble generosidad de un hombre que ejercia sobre mí oficios que en el mejor hijo serian singulares. En este tiempo solo tuve que sentir la prision que por algunos dias se hizo de mi fiel .compañero; se hizo con tal aparato que lo temí todo; los empeños del Obispo de aquel lugar lo salvaron. El año 20 las cortes decretaron que todos los americanos presos por opiniones políticas fuesen puestos en libertad, se les diesen 10 reales de vellon diarios hasta ser conducidos á sus provincias en los buques del estado; y acosta de él. Todos los americanos aprovechando esta efervesencia lograron su libertad: mi compañero renunció á ella porque yo la consiguiera, me hizo solicitarla y se me negó por el au– ditor Antonio Garcia. Veas [sic] bajo del pretesto de que yo estaba puesto por el consejo de Indias, y sin considerar que las cortes ha– bian hecho una ley, superior á la autoridad del consejo; mas aquí

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