Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

XCIV ELLA D1JNBAR TEMPLE tuados de los procesos a los cuales ya se ha I1echo lás oportunas re– ferencias. Mate1 ·icil de orden lingüístico.- Por su carácter de fu.ente regio– nal, los documentos de esta colección revisten un alto valor de carác– ter lingüístico. Se aprecia en ellos datos para los estudios por zo– nas dialectales, las variedades fonéticas y lexicológicas, el lenguaje de los indios ladinos y la fabla popular de los apodos y refranes. Por lo que toca a los arcaísmos, aparecen en esas fuentes mu– chos ya en desuso en las ciudades, pero que persisten en los pueblos, como asina, vide, ande, truje, etc. La lista de huanuqueñismos, mu– chos de los cuales no están registrados en ningún repertorio de esa índole, es muy abundante y el carácter de este prólogo nos impide ensayar sus equivalencias. A guisa de ejemplo cabe mencionar los siguientes términos, si bien conviene advertir que algunos de ellos pueden ser meros quechuismos: quipes, layetones, guarapo, alfanser, cachuas, huarache, bo1o o quete, cahuallo, juanchillo, chiche, curi, guañuri, huaraca, Huañay, etc. Es muy copioso, asimismo, el elenco de apodos y remoquetes gen– tilicios, algunos de los cuales se usaron como apellidos, derivados de modalidades locales, indumentaria, o con un contenido denigratorio. Enunciamos, en forma indiferenciada, los que se reiteran en los ex– pedientes, a saber: pisunga, cholo lambe plato, manteca, arrenda– dor coco, calamaco, vero, viro, huete, hueru, achapura, yachachay, huayabo, yanaguagua, huaynaleh, cuete, puico, vius-vius, ninacuro, sucsuputu, cañapa, sahausay, olluco, cabro, etc. Entre los huanu– queñismos que corresponden a lugares o sitios conocidos de la ciudad, figuran Calamaco, Rumichaca, Cashapata, Pillcurumi, varios de ellos ya mencionados anteriormente. NORMAS DE LA TRANSCRIPCION PALEOGRAFICA En la e.dición de este corpus, de carácter histórico y con fines de investigación, se ha mantenido invariable la ortografía original de los documentos. (39) Tan ceñido respeto a los textos se justifica por– que conceptuamos básico y del más sugestivo interés, la aprehensión, en todas sus agibles manifestaciones, de la mentalidad de los hom– bres que protagonizaron los sucesos de la rebelión, provenientes, en su gran mayoría de las clases populares, mestiza e indígena; y aún (39) Hemos seguido en lo agible las normas para la transcripción de documen– tos históricos hispanoamericanos, recomendadas por la 1 9 Reunión Inter· americana de Archivos, celebrada en Washington el año de 1961. Cf. Re– solución N° 9.

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