Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

XIV ELLA DUNBAR TEMPLE HEURISTICA DE LA INVESTIGACION De la somera reseña bibliográfica sobre la documentación del movimiento revolucionario de 1812, es fácil verificar que los diversos expedientes de los procesos han estado sujetos a un inexplicable des– tino adv,erso y que, aún en muy cercanas fechas, continuaron desapa– reciendo piezas importantes de los mismos. Es interesante anotar que en los propios días de la tramitación de las causas por los sa– queos de la ciudad de Huánuco, el meticuloso D. José Gonzál.ez de Prada, temía la pérdida de los cuadernos de embargos, de los cuales "no quedaba antecedente en la Intendencia" al elevarse ante la Real Audiencia. No le asistía en verdad plena razón al Dr. Eguiguren al afir– mar, en 1912, que no existían ya los presuntos seis cuadernos de los autos de la insurrección de Huánuco, quedando sólo uno de los co– rrespondientes a la de Huamalíes; como tampoco, en 1959, al menos– preciar la documentación sobre la materia que se conserva en la Bi– blioteca Nacional del Perú. Empero, es evidente que algunos de los cuadernos de los autos principales y de las sumarias no figuran en los repositorios conocidos, públicos y privados. Al iniciar esta investigación no nos guiaba sino una finalidad inmediata, enderezada a destacar la participación peruana .en la eta– pa precursora de la Emancipación; y, urgidos por la razón del limi– tado tiempo señalado a la tarea, fue nuestro propósito concretarnos a la edición de un corto número de las fuentes básicas y de fácil ac– ceso. No empece, el interés del tema y las propias dificultades en el hallazgo y acopio del material, incitaron esta investigación hasta des– bordar sus planteamientos or1ginales, en un infructuoso intento por presentar un corpus documental sobre la rebelión de los Partidos de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes. La documentación que hemos allegado es el resultado de una es– crupulosa búsqueda de fuentes primarias en los repositorios naciona– les, tanto limenses como provinciales, de índole oficial, eclesiástica y aún particular. Por lo que respecta a los archivos extranjeros, la tarea se ha cumplido por la doble vía de nuestras investigaciones personales, en frecuentes viajes de estudio anteriores a esta labor es– pecífica, gestionando datos y documentos, o hurgando en los catá– logos y guías de esos repositorios. Buena parte de este laborioso trabajo heurístico ha sido de resul– tados negativos, en especial por lo que toca a la localización de pie- zas documentales básicas, revisadas por nosotros hace muchos años y en la actualidad desaparecidas. La lista de repositorios que se anexa a esta obra no refleja, por lo tanto, la integralidad de la in-

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