Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCIÓN DE HUANUCO DE 1812 XXIX Fr. Juan José Ordóñez, no vacila en sostener que la rebelión de los indios se imputaba a las autoridades políticas locales, las cuales, "de– bido a sus repartos y hostilidades", habían dado mérito a que los in– dios "con solo un papelito", estuvieran prontos a la insurrección; agregando que los vecinos de la ciudad "le tenían más miedo a los europeos que a los indios". Significativa es la participación de esa masa indígena, a todas luces instigada por los "ilustrados" religiosos criollos y utilizada por el Cabildo como fuerza de presión y amenaza para impedir la entrada de González de Prada, pero que termina por imponerse dictando ór– denes dentro del mismo cuerpo edilicio y removiendo a los jefes in– surrectos, hasta el punto que el propio Crespo y Castillo y los demás procesados alegan como defensa que estaban atemorizados por los indios y califican el movimiento como "subl.evación puramente de indios". Empero, a lo largo de la compulsa de las pruebas actuadas en este expediente, en concordancia con el resto de los procesos de la r.ebelión, se verifica que la figura central y quizá uno de los princi– pales autores intelectuales de ese movimiento revolucionario, fué el agustino Fr. Marcos Durán Martel, personaje de trazos evasivos y siempre en planos d.e penumbra. Tan evidente es esa participación decisiva de Durán Martel que en la pesquisa ordenada por el Inten– dente, se determina que se indague su conducta y sus contactos con los indios; y se esclarece sus "íntimas relaciones y amistad" con José Rodríguez, el más empecinado de los jefes insurrectos. Surge la fi– gura del rebelde agustino, -leyendo a los indios en la puerta de la iglesia de la doctrina del Valle los pasquines sediciosos, exhortándolos a concluir con la empresa de la revolución y animándolos con el anuncio de los auxilios de Huamalíes. Se le atisba al lado de los indios en· el saqueo de la ciudad y en la primera acción de Ambo y, como resultado de las averiguaciones de la sumaria, se dicta contra él auto de prisión y embargo de bienes, c.ometido al Capitán Diego Adalid (fs. 82 v. de autos). La caracterización abiertamente revolucionaria del movimiento insurgente se perfila con el examen de estos actuados. El cabildo huanuqueño habla de la "presente revolución", al igual que González de Prada y los comandantes realistas. Revisten los caracteres de una verdadera lucha armada todos los aprestos de la Expedición Pacifi– cadora en sus cuarteles generales de Chauca y Ambo; los encuentros bélicos, en especial el triunfo inicial de los rebeldes en Ambo contra los voluntarios del Cerro, en el cual los vecinos criollos y mestizos y los indios, capitaneados por el General Crespo y Castillo y el Co– mandante José Rodríguez, salieron al combate y "derrotaron com~

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