Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUClóN DE HUANUCO DE 1812 XXXVII que mantenían frecuente correspondencia con él, no siendo ajenos al tema los religiosos que utilizaban el mismo argumento subversivo. De los testimonios fluyen las más vagarosas versiones sobre la anhelada llegada de Castelli. Se afirmaba que ya estaba en el Cuzco, ó se pretendía que venía a Huánuco por los fragosos y lontanos caminos de Maynas. Según par.ece desprenderse de los testimonios, Crespo y Castillo convocaba a los pueblos anunciándoles la peregrina noticia de la muerte de Fernando VII, la unión de Castelli con Goyoneche, y que él había asumido el Generalato de las siete Provincias de la Intendencia. El vernacular tema del Incazgo surge con reiteración en estos actuados. El "cholo" José Contreras, principal del pueblo de Aco– mayo, propagaba que se iba a coronar y, por otra parte un José En– carnación Ortiz y Quiñones aparece como "José el Inga", Aún a través de la seca prosa curialesca, restaña el anhelo alucinante de la indiana por la restauración del Incazgo. Se pregona como la más eficaz tea de rebelión la venida de ese "Rey Inca" que extinguiría los tributos y al cual le prestarían acatamiento indios y mestizos. José Mirabal, uno de los insurgentes huanuqueños, revela que la in– tención de los indios era hacer su población en Huánuco, terminar con los blancos y coronar Rey a uno de su parcialidad. En la invasión de la ciudad de Huánuco, se revela una organi– zación ajena a los propios indios. Los pueblos, en perfecto pie de guerra, ingresan por grupos con sus capitanes, muchos de ellos mes– tiz.os, y ·enarbolando banderas rojas y blancas. Se mencionan las en– tradas, en días consecutivos, de los indios de Santa María del Valle, Malconga, y los de Acomayo, Pillao, Panao y Chinchao, contiguos a los infieles Panatahuas; Pachabamba, Pumacucho, Llacón y Churu– bamba; Rondos, Chusquis, Marías, Chupán, otros de sus inmedia– ciones y hasta de las quebradas de Chaupihuaranga. Esas masas coaligadas de indios y mestizos encauzan sus ataqu.es contra los "chapetones europeos" a los cuales les dan plazo para aban– donar la ciudad, advierten que la revolución no es contra los ameri– canos y les dan vivas por las calles ele Huánuco. Los preparativos bélicos se hacen ostensibles en los pueblos, se funden cañones y pie– zas de artillería, y los indios fabrican hondas y piden "volcanes de fuego" "para matar europeos". La insurgencia de los pueblos indios fue general, abarcando "más de 80 de todas las doctrinas de los Partidos de Huánuco, Panataguas y Huamalíes y aún d.e la propia capital de la Intendencia". Las averiguaciones acerca del abandono de la ciudad revelan que no se pudo defender el puente de Huayaupampa ni impedir la derrota de los cerreños en el primer combate de Ambo, por la falta de ar-

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