Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 377 En la Ciudad de Huanuco, en veinte días del mes de Abril de mil ochocientos doce, hizo compareser Su Señoría á José Ponce vezino de esta Ciudad, de quien recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y una Señal de Cruz, bajo del qual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado y siendolo al tenor de la primera pre– gunda del interrogatorio contenido en el pedimento antecedente de Don Antonio/ .v Zava.la, dijo: Que lo unico que pasó entre el citado Zavala y el declarante fué, que el primero le intimó juntamente á Bernardo Cevallos y Pablo Piñan para que los tres saliesen inmedia– tamente de la montaña y se juntasen con los Yndios de Acomayo para los efectos de la sublevacion, a lo que repuso el que depone, que su– puesto que obligaba á el y sus compañeros para semejante enpresa hiciese tambien salir a la gente de su Hazienda que entonces contestó dicho Zavala, que si no salían á buenas se valdría de la fuerza preci– saron: Que lo dicho es la verdad, vajo del juramento que ha presta~ do, en el que se afirma y ratifica leida que le fué su declaración; que no le comprenden las generales de la ley, y que es de edad de qua– renta años, y la firmó con Su Señoría de que doy feé. J ose/ Gonzales de Prada. (Rubricado) José Ponce. (Rubricado) Ante mi. Nicolás Ambrocio de Ariza. (R ubricado) Secretario de su Magestad. En dicho día mes y año, hizo comparecer Su Señoría á Pablo Pi– ñan vezino de esta Ciudad y residente/ . 29 en la Quebrada de Chin– chao de quien recibí juramento que lo hizo por Dios Nuestro eñor y una Señal de Cruz, bajo el qual ofrecio decir verdad de lo que su– piere y le fuere preguntado, y siendole al tenor de la primer pre– gunta del Ynterrogatorio presentado por Don Antonio Zavala dijo: Que lo que subcedió al declarante en compañía de Bernardo Cevallos y José Ponce, fué que haviendo hido á casa del suegro de Don Anto– nio Zavala para imponerse de la orden que le havia intimado dicho Don Antonio, les dijo este que la realizasen inmediatamente saliendo de la montaña para juntarse con los Yndios de Aeomayo y ausiliar– los como pudiesen, a lo que repuso Bernardo Cevallos, que para veri– ficar su salida, lo hiciese también él y la gente de su Hacienda sir– viendoles de Capitan, pues que quedando solo nada tenia que hacer allí, que entonces les contestó que verificasen luego lo mandado, pues havia resuelto el que no quedase nadie en dicha montaña, y quando esto subcediese los arrearia por fuerza: Que lo dicho es la verdad so cargo del juramento que há prestado en el que se afirma y ratifica leida que le fué su declaracion; Que es de edad de cuarenta y cinco

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