Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 397 bersando razones con el objeto de acriminarme, como si yo me hu– viese valido de exprecion tan tosca , propia de un hombre po~o ver– sado en el idioma Castellano, y a la vista esta la malicia con que reproduce pues en su pr imera decl ar acion lo notifiqué dice redon– damente con pena de la vida, y en su segunda a mi pedimento y ante los testigos ·expone con pena de 1a vida de los Yndios, y en segundo lugar tambien per juró, por que haciendo referencia de que le preguntaron en su declaracion en ese Govierno y ante quienes le intimé yo la supuesta or den ? dij o conte tó no haverse hallado a e a ora nadie, sin embargo de que t uvo presente estuvieron Don Nicolás Ro a y José Ponce, los denegó por no incomodarlos. Má nada hay que admirar de que un hombre basto que no ave lo que es y con– tiene el juramento falto de religion y sin temor a Dios perjure por incomodar a dos individuo , quando tambien lo hace exponiendo con– tra qui en se hallava r e en t ido locrrando la ocacion para su benganza La misma deposicion hace Eusebio Dávila hombre sin co tumbre ~. torpe, y del todo denegado a la religion quando es cierto que a nin– guno hice tal cominacion, y menos a el a quien dije expre amente no se moviese y que se estuviera en su casa. Más e te perjuro bo– mitó contra mi todo el beneno que depositara su alma de de que nueve meses iendo yo alcalde de la montaña lo tuve preso en un cepo por no quer er hacer una declaracion que intere ava a la admi– nistracion de Justi cia. José Ponce declara contra mi faltando a la berdad del juramento tanto en .el pr oceso, como en mi pedimento, ciendo cierto y evidente lo acaecido de mi pr imera pregunta, se me upone haverle dicho que si no salia a buenas, lo bar ia sa lir por fuerza. Este hombre torpe liver– tino y sin religion de pues de haver guardado en su corazón la pon– soña de resultar de haverlo tenido preso en un cepo por que apa– reció com/ . 4 plice en unas heridas perpetradas con palo y cuchillo. resultivo de la sumaria eguida ante mi en tiempo que fui Alcalde de la Montaña a logrado ahora a costa del perjuro devengar e te agravio exponiendo no solo lo dicho, sino que tambien me fulmina de seductor, expresando que ha ta aquella intimacion se havia ha– llado aquella Quebrada trnnquila, quando consta por la declaracion de Don Lorenzo Dominguez havian fugado a esta ciudad mucho~ Peone que vió alir an tes de mi entrada a la montaña, como tambien quicieron quitarle la vida a Pablo Piñan los Peone de su Hazienda como lo <lira el mi mo y es notorio en toda la montaña luego ¿ como falta a la relig·ion del juramento exponiendo havia estado la montaña en soci.eg:o, siendo así que ya anteriormente e tuvo la gente seducida Y amot inada y la oca que havia quedado amedrentada con la en– t r ada que se a egurava de los rebeldes como lo testifica la e quela
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