Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

XLII ELLA DUNBAR TEMPLE los a su salida, ó "balearlos cuando anduviesen en la patrulla". Fue, asimismo, Durán Martel quien hizo circular las noticias de que los curas de S. Francisco querían acabar con los sacerdotes criollos y cholos; y, girando en el círculo de sus propios intereses, porque tenía tabacales ,en la ciudad, atribuye al subdelegado la orden de extin– guirlos de raiz, instruyendo a los indios que esa disposición era vio– latoria del libre comercio y de la supresión de los estancos y que no podía emanar del Consejo de Regencia (29). Por lo que toca a los versos y literatura subversiva de la revo– lución, el testigo Narciso Ponce declara que Durán Martel sacó .en su presencia un pliego con 18 décimas para que las copiara y ha– biendo entrado Fr. Ignacio Villavicencio a la celda, le dijo que él pondría los puntos y comas y corregiría las copias; y se menciona entre sus producciones de ese tipo literario un pliego de cuartetos sobre el tabaco del estanco, con el cual "s.e quería matar porque daba mo– quillo"; así como otros versos en quechua y castellano. Fr. Ignacio Villavicencio, cuzqueño y maestro de novicios, era hombre de cultura y muy informado de los sucesos de Buenos Aires y del Alto Perú. Aficionado a la poesía, como todo ese grupo de religiosos, colaboró con Durán Martel en la redacción de pasquines y parece que fue autor de las décimas copiadas en la celda de ese fraile agustino y de las cuales figuran en los autos los sigui.entes fragmentos: "Nunca decirse se oyó; / el Rey a su trato faltase / porque nadie criticase / p.ero en fin ya sonó/". Intervino también en las décimas escritas en quechua sobre la extinción de los tabaca– les y cita de memoria la cuarteta: "Pillcumasicuna, / la Patria en unión, / quispichinacuson / de la chapitón /" . Confiesa que fue autor de oficios contra "los chapetones opre– sores y tiranos", agregando que así los llamaban los indios. Sus vinculaciones con la insurgente Buenos Aires se comprueban en los autos, a pesar de sus exculpaciones. Como buen conocedor de la teoría político-jurídica de la Monarquía española y de los acaecimien– tos de la Metrópoli, declara que la revolución contrariaba la Sobe– ranía y la Ley, d.esob€deciendo al Consejo de Regencia que mandaba a nombre de Fernando VII, y protesta no estar de acuerdo con la oposición entre criollos y chapetones porque debe haber "unión de dominios" y esa distinción es un ardid de qu.e se han valido los emi- (29) La Real Orden del Consejo de Regencia, del 24 de marzo de 1811, sando– nando el Decr-eto de las Cortes por la cual se otorgaba a los americanos igualdad Y representación en las Cortes, amplia opción a todos los empleos Y libertad para sembrar y cultivar, fue ,comunicada por el Virrey Abas– cal el 20 de Setiembre del mismo año.

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