Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 XLVII los datos d€l Informe de González de Prada sobre las causas de la insurrección de Huamalíes, inclusive en la paginación final. A fs. 234 del expediente que se inserta en el Apéndice, figura el informe del 13 de Mayo de 1812 del Comisionado Maíz y Arcas en el cual se consigna 1a remisión de esos actuados en tres cuader– nos: el 1<:>, de 101 fs. conteniendo papeles, borradores y los oficios y decretos expedidos por el Intendente de Tarma para la apertura de la sumaria; el 2'.l, de 230 fs., con las informaciones, careos, con– fesiones y lista de los reos; y el 3c7, dividido en "tres numeraciones de pruebas", de las cuales la P., de fs. 1-37 v., concierne a D. Pío Miraval, la 2'.l, de fs. 1-44 v., a diversos pedimentos de los indios y del Protector, y la 3\ de fs. 1-8 v., sobre el Presbítero Ayala. Ad– vierte el Comisionado que ha tenido que suspender la actuación del proceso por falta de acusador fiscal y para proseguir con la búsque– da de los reos fugados a las montañas. Revisando ese expediente se confirma, en efecto, la existencia de tres antiguas numeraciones, pero unificadas finalmente en otra correlativa y asimismo de la épo– ca, que se inicia en el folio 1 y prosigue sin interrupción hasta el actual folio 441. Por lo demás, el contenido del documento coincide con las piezas enumeradas por el Comandante Maíz y Arcas. Em– pero, dados los avatares de estos procesos, cabe en lo agible la apari– ción de nuevos expedientes que modifiquen estas hipótesis de traba– jo, tanto en lo que toca al ordenamiento procesal como a las colacio- nes bibliográficas que presentamos. · Del examen conjunto de estos expedientes surge la visión com– pleta de la rebelión ·en el Partido de Huamalíes que revistió carac– teres de la más definida tipicidad. Espigando .en los testimonios, confesiones y careos, se allega un considerable caudal informativo 80- bre sus distintos aspectos y principales actores. El ambiente geográfico de esos pu.eblos era propicio a los le– vantamientos del tipo de guerrilla o montonera; y los indios habían dado reiteradas muestras de su belicosidad en anteriores y muy se– ñaladas ocasiones y en sus continuos alborotos contra los Justicias y los curas. (32) Los excesos de las autoridades en esos alejados pa- (32) Los indios <le Huamalíes promovieron continuos tumultos y motines des_ de el s. XVII, agudizados en la décimaoctava centuria. En 1732, los de la doctrina de Llacta y de Jesús y Baños, suscitaron disturbioa por la recaudación de tributos y, al año siguiente, contra el Corregidor y el cu– ra de Baños (Cf. A.N .P. Derecho Indígena y Encomiendas, Leg. XV, c. 359) . En 1777, se sefia.la el grave suceso ocurrido en el mismo pueblo de Llacta y en otras inmediatos contra el Corregidor, Ignacio de San– tiago y Ulloa, su Teniente, el Coronel Domingo de la Cajiga y el Jefe de Milicias, Capitán José de Cajiga, que culminaron con el asesinato de

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