Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 LV se separara del dominio español. En esa composición se exaltaban los hechos revolucionarios de Buenos Aires, Tucumán, Chile y el Al– to Perú, se anunciaba que Santa Fe y Caracas se habían ya suble– vado, que Cuenca y Guayaquil apoyarían a la insurgente Quito y, fi– nalmente, se prevenían futuras conmociones en el Cuzco y Arequipa. En estos autos se menciona también como sospechoso al curio– so lego, Fr. Cayetano González partícipe de la insurrección de La Paz, que aparece en otras piezas de los procesos sin identidad cono– cida o con el nombre de Fr. Cayetano Morales. Cárdenas, hombre de carácter y de arterías, alega desde la ini– ciación del proceso que las falsas imputaciones y sospechas de que era víctima se debían a que lo juzgaban por su origen quiteño "por– que todos los de ese Reino eran insurgentes". Se permite advertir que los papeles públicos de Lima sostenían peores extremos y que circulaban "con la libertad de las circunstancias". Termina por in– vocar el Decreto de las Cortes del año 1811 que atribuía al fuero pri– vativo de la Audiencia el conocimiento de las causas de infidencia o insurrección, y obtuvo Carta Real citatoria y compulsoria ordenando al Subdelegado Ulloa la remisión del proceso al Tribunal superior. El Fiscal Pareja en su dictamen consideró de necesidad urgen– te y primordial "la retención y custodia secreta" de los versos y pa– peles subversivos, informados por las máximas "que pretenden rom– per la unidad y fraternidad de europeos y americanos". En cuan– to a los inculpados Cárdenas y Rivera se pronuncia a favor de su indulto y califica al P . Aspiazu como uno de los principales reos de la rebelión de Huánuco, solicitando su captura inmediata. La Real Audiencia resolvió de acuerdo con este dictamen y la instancia se ce– rró el 29 de Mayo de 1813. Por lo que respecta a los bienes del P. Aspiazu que habían sido embargados, se remataron previo inventario y su producto se depo– sitó en las Reales Cajas de Paseo. El documento XVI, D600 de la Biblioteca Nacional del Perú apa– rece fichado en ese repositorio como "De la continuación de la cau– sa de insurrección acaecida en los Partidos de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes", que no reviste carácter de título porque corresponde al propio texto del documento. El expediente comprende los oficios dirigidos por González de Prada al Gobernador Intendente de Puno, D. Manuel Químper, dándole instrucciones para la captura de varios reos comprometidos en la rebelión. Específicamente se sindica al mercedario quiteño Fr. Mariano Aspiazu y de sus señas se perfila por primera vez su filiación de hombre blanco, rubio y de ojos azu– les, referencias de interés si se relacionan con los datos biográficos

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