Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCION DE HUANUCO DE 1812 463 escandalisado, y al Estado todo, me atrebo ha interponer la súplica que dejo echa sin recelar sea desatendida. Aunque lo es-puesto de mi parte conste plenariamente del pro– ceso; consta tamvién en igual forma, .que Fray Marcos Martel, Juan José Castillo, y los Rodríguez han sido los principales promovedores de la sublevación y que á mi parte se le deve conciderar en la clase de reo, no ya, promovedor de la insurgencia, y sí, de condecendiente; · que inclinado por su desgracia del dictamen de ellos, coadyubó en to– dos los echos posteriores, que fueron conciguientes al primer delito, y es por esto, que aunque resulte delincuente, y digno de castigo por la ley, deverá mirarcele con alguna mas equidad que a los demás Principales reos, quedando al adbitrio de Vuestra Señoría la pena que pueda satisfacer a la Vindicta Pública; por que ni es justo que esta quede sin desagrabio, quando ha sufrido los mayores escándalos. Además ¿que veneficio resulta al Estado de pribarse continua– mente de la vida de los delinquentes que merecen el último supli– cio? si vien se mira, no puede recibir por esto, sino es un positivo daño, porque pudiendo destinarse aquellos á obras útiles, y nesesa– rias, se verá precisado por defecto, a substituir/. 4 5 3 en lugar suyo otro tanto número de personas, separándolas de exercicios útiles, pa– ra llenar aquel vacío. y á la verdad, no carece esta práctica de exem– plares, pues hay Sociedad en que ya es desconocido el último supli– cio, porque además de lo dicho, este castigo es de un momentáneo exemplo, é igual pena al que lo sufre: Aquello por que en pocos días falta de la memoria del hombre la execución de la se:q.tencia, y esto por que pereciendo el hombre en el suplicio se le priba del escar– miento, y corrección que es el objeto general, á que la recta razón <leve dirigirce con los castigos, conforme y de un acuerdo con la hu– manidad que exije la concerbación de todo ~emejante. Sobre estos principios de humanidad, rasón, y utilidad de los Estados, pudiera discurrirce con más extención, como lo han echo sabios Maestros, procurando siempre, comvinar con lo justo, lo equi– tativo; y aun no estoy distante de esperar que algún día veamos des– terrado el último suplicio por nuestra sabia, y soberana nación es– pañola, reunida en sus cortes, pues vemos ya en estos días abomi– nado, y prohivido para siempr·e, el huso del tormento, y apremios de los miserables reos, para cuia execución fueron promulgadas tan– tas leyes. Las circunstancias hacen de tiempo en tiempo variar los preceptos legislativos, conciderando ser perjudiciales las cosas que en otro tiempo fueron ó se consideraron útiles.
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