Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 489 impidieron los Yndios protestándoles matar por lo que acompañando un trecho á los Yndios se ocultaron, el Declarante se bolvió á esta Ciudad y save que Quiñones hfao lo mismo. (Al margen) A la 5a. que se remite á lo expuesto que ésta es la verdad de quanto save y puede decir bajo del juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta su deposición que no le tocan las generales de la Ley, y que es de hedad de beinte y siete años y la firmó con Su Señoría de que doy fe. Jos ef Gonsales de Prada (Rubricado). Cayetano Marrufo (Rubricado). Mariano Flores (Rubricado). Ante mi: Nicolás Ambrocio de Ariza. (Rubl"icado). Escribano de Su Majestad. / .477 (Margen Supedor derecho) José Ortis Quiñones, Alias Ynca. (Al margen) Huánuco 4 de Mayo de 1812. A los de su materia, y tráiganse para proveer. Gonsales (Rubricado). Ante mi: Nicolás Ambrocio de Ariza (Rubricado). Mariano Flores (Rubricado). Señor Governador Yntendente El Capitán Santos de la Vega, en la Causa de José Ortiz Qui– ñones, como su defensor nombrado contestando al traslado, en la mejor forma de derecho ante Vuestra Señoría paresco y digo: Que mi parte sin otro obgeto que esclarecer que sin motivo se le havía mesclado, imputándole que era una de los principales agentes de la rebolución experimentada en esta Ciudad, desde la distancia en que se hallaba, con noticia que tubo de que estaba llamado á edictos, y Pregones, vino con la mayor prieza á presentarse ante la justifica– ción de Vuestra Señoría como consta por su Escrito que corre á fojas en el Proceso. Y que sucede, reducido en la prición en que se halla, las personas en quienes tiene más confia~za, y puesta sus esperan– zas, para que corran con Jas diligencias que es propia á esclarecer la verdad en estos casos; lo desamparan, no hay quien verifique la menor diligencia. Hasta que con el auxilio de este J usgado . T us providencias, son conducidos los testigos, no son havidos lo ~ más necesarios por hallarse ausentes y no obstantes avsuelven en lo que son sabedores, y les consta.
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