Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

582 ELLA DUNBAR TEMPLE las matasen que al quarto día salió en compañía de sujeto proibido a su estado, siendo así que mi parte fugó en el mismo día 26, el mis– mo en que se refugió en aquel lugar como consta de las declarasio– nes de Tomaiquichua, que asientan que el 26 de/.56 1 febrero en que fugó fue puntualmente en que llegó al sitado lugar de Tomaiquichua, y se mantubo en él hasta el Lunes Santo en que regresó. Todo no es mas que un enrredo mugeril que la citada Loaisa no ha podido provar, siendo así que aun los testigos en que fundava el valor de su sindicato confesando abiertamente delante de Vuestra Señoría abier– tamente s.e contradisen, y una de ellas antes le hoió expreciones que estas son racionales y a fabor de la Religión, que no en contra de los Europeos, de lo que quasi todos son Parientes de mi parte, y con quienes no ha tenido jamás el menor motivo de disención, ni por qué disgustarse son ellos, cuias expresiones fueron partos del miedo y de la consternación en que estava su espíritu con los echos atroses de los insurgentes; y que la sitada Loaisa quando mi parte virtió las · primeras expreciones con la maior sensillés, disiendo ya estos chun– chos atropellado la Yglecia de San Francisco y harán lo mismo con todas, se adjudicó el dicho á ella. y se figuró que mi Parte lo desía por injuriarla, y este odio la encaminó seguramente á enfureserse, y solisitar la vengansa, como la ha verificado tisnando el honor de mi parte con el mayor descaro. La conducta de mi parte, es una de las mas honrradas, que se pudieran presentar: Si él hubiera sido insurgente: si él hubiera si– do comprendido en la presente rebolución, no hubiera sido el prime– ro en la Denuncia, que hiso al Señor Subdelegado/. 561 v llevando el mis– mo Yndio que havisaba estar ya los Pueblos en rebolución, como lo tiene declarado, y certificado en Señor Coronel Don Antonio Eche– goyen ni hubiera obligado a Don José Marin, a que llevase al dicho Jues una carta escrita de parte de los Yndios del Valle no contentán– dose mi parte con una mera insinuación, sino con acompañar a Ma– rín hasta la misma puerta del Señor Subdelegado, encargándole quan o fue de su parte la pronta denuncia que devía de haver para que la ciudad no fuese bejada, y atropellada como lo ha sido. Menos hu– biera sido el influiente en el Pueblo de Tomaiquichua, donde ~e ha– llava refugiado á que prontamente se rindiesen a la obediencia de Vuestra Señoría á vista del oficio que se sirvió despacharles, conini– dándoles con la Paz, valiéndose de las circunstancias mi parte para ser autor de la carta con que ellos se ofrecieron a servir al Soverano, y á defender á Vuestra Señoría havisándoles las grandes ventajas que les resultava de hacer ellos como lo pedía mi parte; ejecutando igual acción con el Alcalde y común de Conchamarca, a quienes en igual modo les entregó otro papel igual, para que reconociesen a

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