Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
722 ELLA DUNBAR TEMPLE los tenian en una oprecion tirana, quando no quedo calle, rincon, ni Plaza donde no lo bosiferasen? Antes se haría sospechoso si como susedi.ó nolo indicase, procurando rebajar de consepto á los Ynsur– gentes, que apretesto de Europeos, aun intentavan desolar la ciudad, Que asi se huviersen quejado los rebolucionarios, con junta, ó sin ella no hera de su resorte; el cumplio con lo que le pidieron, dando parte del mismo modo que susedio. El agresor intenta siempre huir el cuerpo a quanto pueda descubrirlo con el aspecto de tal agresor. Si mi parte huviera sido complise, huviera antes procurado vestir la Ynsurgencia, el robo, y la muerte con un estilo sagas, que aun quando manfestase los echos, fuesen tan desfigurados que no lleva– sen todo el horror, y execracion/. 694 v que meresen. El los manifiesta con todo el veneno que vomitaron sus pensamientos luego por haver puesto este oficio, en aquellos mismos terminos en que se esplicaron, no es culpable. El tercer cargo que resulta contra mi parte, y que lo hase gra– vemente sospechosó, á consequencia del sindicato, que le has,e Nar– siso Truxillo, o Ponse, es haver puesto á Vuestra Señoría un oficio, que havian en la ciudad serca de quinse mil Yndios, de una ferosi– dad terrible, al que contesto hasi lo savia por que su general los ha– via echo contar, con aquella especie de suma y que llaman Morocho. Pero haciendosele cargo particular sobre este numero permitame Vuestra Señoría haser este dilegma. Odevia mi parte haver puesto el numero que se indicava, ó el menor, si lo primero se le arguye de que su intento fue intimidar la respetable tropa de Vuestra Señoría silo segundo esparcida la noticia á la entrada de Vuestra Señoría del numero de quinse mil, dirá que acusó por infidencia, ó traicion, sele havia/.695 ocultado el numero, y asi de este cargo de ningun modo se eseiapa. Por que siendo el obgeto de Vuestra Señoría averiguar el motivo por que se declaravaJl, ó se ocultavan las cosas, resulta que saviendo por voca del mismo xefe de Ynsutgencia, el citado numero de sublev 1 ados, y no ponerlo, acreditava ser uno de los mismos complises, y que puso menos numero para que Vuestra Señoria descuidado, no tomase las Providencias oportunas para su resguardo. Como mi parte ya mas se (ilegible) en las juntas, que consta tenian los insurgentes, no tuvo mas noticia, y aunque no veya el numero indicado, estaba en la persuacion de que acaso estuviesen escondidos en los estramuros, á vista de la firmesa con que lo asegurava Castillo. La ferosidad Terrible, que asegura mi parte en los Yndios, á sido constante; por que si alguna razon les huviera quedado, procurarían escuchar las voses de la miseri– cordia con que se les convidava con tanta benignidad. Sino fue– ron feroses, no gritarían que resevirian á Vuestra Señoría con sus
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