Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 737 contradicion; porque aser como sequier.e caveza de esos Ynsurgen– tes ni se ocultaría de ellos, ni menos lo pretenderán atropellar; por el contrario lo respetarían como que a ellos estan obligados, en vír– tud de la necesidad que tenian de conservarlo como que era/. 707 la caveza de Ynsurgentes como se le causa ¿Como podría apartarse de ellos, ni profugar de sus iniquas operaciones? Agregase a todo esto, que tambien se opone a lo que es desorden, la honradés que le justifican a mi parte sus testigos. Doña Martína Cortés, Doña Si– ríaca Marte!, y Asencio Berrospi; esto sin valerme de lo publico, y notorio, y dela publica voz y fama, que ha tenido su conducta en es– te vecindario, y en el de Lima, quando en varias expediciones pasó á servir en la Milicia por díspocicion del Señor Excelentisimo Vi– rrey del Reyno ¿Como pues apartado este subalterno de los princi– pios dela Ynsurreccion, todo entuciasmado en lo legal y patriótico, podrá ser manchado con el negro titulo de caveza de Ynsurgentes? De su conducta y visibles operaciones se podrá creher tan fea man– cha? El defensor se contempla incapás de convinar paradero tan dificil de explicar; porque no es creible que si nos acordamos de su ingreso á Tomayquichua, y las demas sircunstancias que quedan pro– puestas, nadie opinaría, que pueda incurrir en crimen tan intempes– tivo, y feo; y maiormente quando ha sido visto su amor Patriotico en la prontitud, que ha tenido de ovedecer ciegamente a los Magis- . trados, que han governado este Partido. A maior abundamiento de lo relatado tenemos que quando los Motines Ynsurgentes empesavan á formar sus indignas sacrilegas juntas contra ~l estado, y la Patria, siendo mi parte llamada á ellas /. 101v sin embargo dela lisongera propuesta que le hacían de que li– vertarían a su hermano y oficial de Ja pricion en que los mantenían por sus travesuras, todo orrorisado se denegó á ellas, de tal modo que mejor quiso, que padecíesen los presos (que despues salieron por la virtud de empeños)- que subscrivirse a tan detestable congreso: Asi lo prueban varios .de los testigos, que presenta; y como mi parte tubiese un corazon fiel, y sencillo en igual forma que los demas ve– cínos leales; creyó que todos fuesen lo propio que el, y consiguiente– mente que era íncapaz de tener efecto la Ynsurreccion, que ahora se á experimentado; motivos para que con oportunidad no huvíese de– nunciado como le correspondía la junta, que le fue constante, como el mismo lo expone a la recomvencion de la septima Pregunta de su eonfecion. De todo lo relatado quedará la bondad de Vuestra Se– ñoría cerciorado, que mi parte yá por su honrradés, por sus servi- . cios, por su obediencia ó ya por las demas qualidades que condeco– ran · su persona, deve exeptuarse de que se llame caveza de Ynsur– gentes; parece, que el mérito que hizo en ingresar a Tomayquichua

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