Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 755 da, y salír herido en la defensa del puente de Huayaupampa, que hise con todo patriota leal; no haberme mesclado en lo mas leve de la Ynsurreccion, y en odio de todo esto, por la interposita persona de un Yndio intentar desaparecerme alevosamente del mundo esos Ca– besas de los Ynsurgentes; pues, como está probado, á dar fuego la escopeta, que contra mi se rastrilló, sin duda logran su deprabado intento; ó lo hubieran logrado/. 726 á no retirarme con oportunidad a la capital de Lima, ultimamente Señor Governador Yntendente, buen testigo es la Superio-ridad de Vuestra Señoría que despues que nada tubo que rebocarse, reformaron; ó añadirse en la cinsera confesion que hise en 23 de abril, y consta á f- de los Autos, constante á f 54 conmigo Antonio Espinosa, Narciso Ponce, y los Rodrigues, no ha– viendo forma que esos Caudillos, ó Comandantes de Ynsurgentes tra– tasen de confesar la verdad de todo quanto sabian, y habia pasado con ellos, á exfuersos de mis reconvenciones: de aquellos argumen– tos, que les hacia en convencimiento de mi declaracion, y justicia, se logró que acad uno hiciese nueva confesion á satisfaccion de Vues– tra Señoria no obstante, hablo con verdad, y sin hipervole, á los tra– bajos que esa noche le dimos á Vuestra Señoría por haberlo hecho pernoctar en compañia de su justificado Acesor Doctor Don Pablo Travitazo: en consequencia de esas diligencias que jamas podrán bo– rrars.e, quedó mi honor, lealtad, y Patriotismo acrisolado en ellas, de · tal suerte que sin necesidad de aducir informaciones, ni tratar de de– fenderme, los propios Autos califican, y desvanecen la mas leve pre– sumcion, que contra mi se pudi.era tener temerariamente en asuntos de Alsamientos· En conformidad á estas resultas a la/. 72 6v conteste informacion que he producido, yá que mi credito se ha puesto en la critica mordaz valanza de la fama vulgar; pues tanto en esta ciudad, quanto en el discurso de los Pueblos, que hay en el transito de ella, hasta la de Lima, me han visto, tenido, y contemplado como un Trai– dor, desleal á mi Monarca, á quien siempre he amado, protesto amar, y obedecer, ó como Autor de la Ynsurreccion de mi Patria, en la qual me he mantenido disfrutando de las estimaciones á que se há hecho acreedora mi conducta ¿como berá posible, que sin haber pen– sado en cometer delito tan feo, viva en ella infamado? ¿No recaerá en mí esta excomunion éivil, despues de que no por culpa mia, casi se han roto todos los lasos que me adherían á mis conciudadanos?. Si la dignacion de Vuestra Señoría no atiende á mi justicia, y con oportunidad no da testimonio authentico de mi inocencia, y vindica– cion; viviré aborrecido de todos, todos huirán de mi compañía, seréj.727 pribado de toda consideracion; y quedaré aislado en medio de la so– ciedad, como el objeto del desprecio de las gentes, que nadie querra alternar conmigo.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx