Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCióN DE HUANUCO DE 1812 99 nerlo ( ?) que quedara el desconsuelo de haber emitido una diligencia tan intere~ante en beneficio de un hombre de distincion un (palabra ilegible) recomendabl.e y ultimamente de uno de los padres de aque– lla Ciudad, cuyo empleo se hace acreedor a tantas prerrogativas co– mo las que han designado las Leyes para los de su clase, y a que su causa se vea con toda la escrupulosidad de que es digno un sujeto de– corado con tan atendible investidura. Lo qual mediante. A Vuestra Alteza Pido y suplico se sirva en fuerza de lo expues– to mandar se me reciba la informacion de testigos que ofresco al te– nor de los hechos relacionados, y en el cas-0 de resultar de ella credi– tado el hecho indicado prevenir se libre el despacho correspondiente para que los facultativos medicos que residiesen en la Ciudad de Hua– nuco reconoscan aJ citado mi padre y que en el entre tanto s.e sus– penda toda gestion p-0r lo respectivo a el como es de justicia que ju-:– ro a Dios Nuestro Señor y a unesta señal de cruz (Una cruz) no pro– ceder de malicia etc. Mariano Beraun (Rubricado). Petronila del Castillo (Rubricado). /. Muy Poderoso Señor Petronila Crespo del Castillo, hija legitima de Don Juan Jose Crespo del Castillo, Regidor del ilustre ayuntamiento de la Ciudad de Huanuco en los Autos criminales que de efecto se siguen contra el y otros por infidencia, y lo <lemas deducido digo: Que la benignidad de Vuestra Alteza se ha servido sustanciar en la causa condenando al citado mi padre a pena ordinaria de muerte con la calidad de que el se execute sin embargo de suplica, y la (palabra borrada) se sin em– bargo: Y siendo esta resolucion gravosa (hablo honrradamente ( ?) ) . se hace preciso suplicar de ella por quanto no se (palabra borrada) a su favor la defensa necesaria haciendo presentes los fundamentos que concurren a indemnisarlo de la culpa que se le atribuye de la ma– yor atencion que lo seran mucho mas, y mas firmes si el benigno ze– lo de Vuestra Alteza los pulso con aquella equidad propia de su acre– ditada integridad. Son tres los que en .el santuario de la fantasía ( ?) se presentan a implorar la superior conmiseracion de Vuestra Al- teza lo. Mí expresado padre mayor de setenta y seis años como se acreditara en su debido tiempo con la partida baptismal; 2o. ser un hombre de veinte y cinco años a esta parte por la terrible enferme– dad del tabardillo que padecio, So. que si coopero a la detestable per– fidia aquellos ingratos al bien comun fue no solo por la demencia de que se hallaba poseido, si tambien por la fuerza de que se hallaba oprimido ¿Y con estos testimonios tan constantes y verdaderos po-
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