Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

114 ELLA DUNBAR TEMPLE En el Quaderno N<> 4 también de la Causa general de Huánuco está la respectiva á los Alcaldes de Huacar Gregorio Evaristo, y Jo– sé Eustaquio condenados en la sentencia de Vuestra Alteza y sin que sea necesario notar otros vicios que la de la falsa de acusación, y la rapidísima celeridad de sus actuaciones. común á todos los Proce– sos, ni fundar de intento que estos Yndios son igualmente comprehen– didos en el indulto de Su Excelencia: Porque su movimiento fue efecto de los pap.eles de Castillo y de particular insinuacion de los de Panao, lo que justifica no haver sido autores del tumulto,· con todo reparese que los testigos convienen en que estos Alcaldes no– ticiosos de que los Yndios de Panao se dirigían al Puente de Ambo á invadir á los cerreños se adelantaron á encontrarlos y José Eusta– quio regresó a Huacar á juntar su gente. Ellos en sus confesiones de fojas 60 y 70, dan rasón de la salida, que tuvo por obgeto cono– cer al nuevo Subdelegado que les dirigía órdenes según los papeles que recibieron con el rótulo de su General y presentársele los Yn– dios sublevados sugeridos por/. 6 1 ésto~ y amenazados para que si– guie~en sus ideas fue al Pueblo Eustaquio, en donde no consiguió que saliese su gente hasta el día inmediato en que por fuerza la sacó el Común de Panao. Leanse las contextacíones de Andrés Orbezu de fojas 83 de Ygnacio Rosas á fojas 87 y Pedro Atencia á fojas 84, y se verá que por violencia de los insurgentes, ó ya por impo– nerles su Caudillo pena de la vida asistieron los de Huacar á todos los excesos de la sublevación. Eustaquio responde á fojas 69 que fue forzado con todo el Común y no hizo más daño que traer un9s pellejos y otras frioleras de comer; Eustaquio a fojas 70 contexta la misma violencia con que se prestó, y ambos confiesan que Pedro Atencia fue el que más lo sedujo, y quando trataban de presentarse al Yntendente los increpó con rigor á nombre del General Castillo, de quien se manifestó Comisionado y con facultades para mandarles quanto convenja á sus designios. El mismo Eustaquio lo declara así á fojas 85 vuelta y de todo se deduce qu~ aún quando la fuerza y te– mor no huviese sido el único móvil de los procedimientos de estos dos Alcaldes nada más se les puede imputar que una intencion sin efecto. (testado). Para la resolución no debe perderse de vista la exasperac10n á que ,estaban reducidos estos infelices, así por qu'e nunca conseguían justicia, y todas sus quejas y solicitudes se sofocaban ó entorpecían, como por las mitas, bagajes y servicios sin premio á que se les obli– gaba, repartimientos de mulas y otros comercios furtivos que con ellos hacían los J uezes y sus dependientes, prisiones, embargos, y precios bárbaros con que se les/. (Nota: No hay continuidad en el texto).

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