Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCIÓN DE HUANUCO DE 1812 119 cion en los montes de Callutriva ( ?) sin tratar con las gentes del discernimiento y ilustracion que hay en Huanuco qu.e es uno de los indios mas breves en instruccion. De aquí es que si al enunciado Jose Rodriguez se le reconose delinquente, su rusticidad, .es un pequeño fundamento que puede con– tribuir para la mitigacion de la pena creciendo esta en proporcion de la malicia y advertencia con que se delinque. Asi es como la eter– na sabifuria humana, esculp.e el leicidio cometido en su adorable per- . sona rogando a su Padre perdone de los agrestes ( ?) de tan cruel proceder representandole que no saben lo que han hecho. Es verdad que J ose Rodriguez en su confesion a fojas- en Ja penultima pregunta se le hizo cargo, como sabiendo que levantar las armas contra el Rey es delito, grave, lo executo, y que motivo para ello: Respondio que es cierto era un delito muy grave, y que el no levantó armas contra el Rey, sino que fue violentado de los indios; pero a mas de esta violencia no puede negarse, que no conocen su gravedad estas gentes/. rudas en el ultimo grado de su malicia. Si por esta consideracion debe mitigarse la pena de Jose Rodrí– guez, mucho mas por la seduccion y alguna coaccion, con que se le induxo a la sedicion. La primera pa1te de esta proposicion se de– muestra a mi ver hasta la condena por el careo de fojas 829 del Quaderno que empiesa con un Decreto del Intendente en que dice que haviendo venido . de la montaña, Fray Marcos Martel le metio la cizaña de que le perseguían, embiendoselo a decir con Narciso Ponce, y que quando le vio en persona le contó que los chapetones ivan a alsarse para lo que tenían armas juntas en San Francisco, con lo que lo induxo a poner unos pasquines, y viendose ya enredado por este medjo, y creyendose que estaba perdido, no tuvo livertad para retirarse por el evidente peligro etc. Que comprobante mas decisibo, de Ja seduccion con que ha in– ducido Jose Rodríguez a mesclarse en la conmocion popular con efec– to de el se le hace creer que los europeos o chapetones, se ivan a po– ner etl armas, para aniquilar a los oriundos del lugar, quitarles sus tierras, o arrasarlas. No puede imaginarse sugestion mas seducto– ra que esta. Ella -enserraba los interesantjsimos objetos de la con– servacion de su propia ecsistencia de la defensa de sus pequeñas pro– piedades, a la que es tanto mayor el apego, quanto son mas misera– bles sus poseedores, y ultimamente, la livertad de su Patria. Tales ideas como estas son capaces de hacer impresion, no solo en unos es– piritus, obscurecidos y con la ignorancia sino aun en otros que po– sean, conosimientos superiores, y que sean ilustrados. A la verdad,
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