Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 85 el señor Presidente a quien contestó el pueblo que a dicho señor lo amaba y veneraba por su bondad y prendas; pero que los que le hacían lado lo pervertían, y pidieron que saliese de allí el Cura Doctor Don Juan Becerra, cuyo intento reprimió el señor Teniente Asesor haciendo presente su carácter sacerdotal, y que la Constitu– ción mandaba que estuviese presente el Cura Párroco, a lo que re– plicó el pueblo que para eso habían dos curas que viniese el otro y que saliese el que estaba allí, lo que igualmente desvaneció di– cho señor Teniente Asesor persuadiendo con prudencia que eso sería desairarlo, con lo que cesó la instancia del pueblo que ma– nifestó mucha docilidad y obediencia a cuanto decía el señor Ase– sor y continuó la asistencia de dicho Doctor Becerra. Que para facilitar la libertad de los dos presos se obligó a constituir fian– za del Az (sic) todo el pueblo, a cuyo nombre firmaron el respec– tivo documento los señores Don Domingo Rozas, Don Martín Valer y Don Juan José de Olañeta. Que los enunciados presos comparecieron ante el señor Presidente, y con la debida modera– ción expusieron que a efecto de la maquinación de sus enemigos habían sido causados, siendo en la realidad inocentes, y no ha– bieudo quien los acusase, les franqueó su señoría muy ilustre los correspondientes certificados para que libremente asistiesen en las Juntas de sus respectivas parroquias, con voz activa y pasiva . Que concluido todo lo referido procedió el Congreso de ciudada– nos a la votación de electores que duró hasta cerca de las nueve de la noche, con toda tranquilidad, paz y sosiego, sin que en tan dilatado tiempo se hubiese advertido interrupción ni motivo de desaveniencia. Que aunque el pueblo instó con fervor por la li– bertad de los presos, fue sin motín, tumulto, ni acción contraria al respeto debido al señor Presidente, a quien disuelta la Junta lo abrazaron y acompañaron hasta su casa con vítores y voces de: Viva el Rey y la Comtitución. Que esta es la verdad so cargo del juramento que tiene hecho, y siéndole leída esta su declaración de principio a fin, se afirmó y ratificó en ella, expresó que no le com– prenden las generales de ley, y la firmó con su Merced por ante mí de que doy fe. Rozas .- Fray Guillermo Lezama Lector Jubi– lado.- Ante mí: Mariano Melendez Paez, Escribano de su Majes– tad Público y Notario Mayor . 11~ Testigo el Doctor Don Francisco Sotomayor y Galdos, Abcgado de esta Real Audiencia. En el mismo día diez de febrero de mil ochocientos trece años.

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