Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

90 MANUEL JESUS APARICIO VEGA tiva y se la entregó al Captán de Artillería Don Felipe Eulate, quien pasó luego a dicho cuartel, y a poco rato fueron presentados en la Junta dichos individuos acompañados de la mayor parte del pueblo que había ido por ellos, y regresó con vítores y demostra– ciones de regocijo. Puestos ante el señor Presidente le dieron las gracias con la debida cortesía y atención, como igualmente el pue– blo por los oficios de caridad que había hecho por ellos, expo– niendo al mismo tiempo que habían sido tratados como reos de estado, a efecto de las intrigas y mala voluntad de sus enemigos, siendo en la realidad inocentes, cuyo razonamiento cortó el señor Teniente Asesor expresando que no era tiempo para tratar del asun– to, sino de las votaciones para cuyo efecto se les franqueó por el señor Presidente la habilitación correspondiente a dichos dos abo– gados, para que concurriesen en las juntas de sus respectivas pa– rroquias con voto activo y pasivo; que en el intervalo de todo lo 1referido se condujo el señor Teniente Asesor Segovia con la mayor prudencia y sagacidad, disipando el corto rumor de algu· nas voces del pueblo, y propendiendo a que no se entendiese en otra cosa que en las votaciones, cuya operación se efectuó con toda libertad, sosiego y tranquilidad, sin que hubiese ocurrido estrépi· to ni otro motivo de desavenencia hasta las nueve de la noche en que se disolvió la Junta y los concurrentes (entre ellos el decla– rante), como también los electores nombrados fueron acompañan· do al señor Presidente hasta su casa con vítores y aclamaciones de mucha alegría. Que esta es la verdad so cargo del juramento que tiene hecho, siéndole leída esta su declaración de principio a fin, se afirmó y ratificó en ella; expresó ser de edad de treinta años, que no le comprenden las generales de ley, y la firmó con su Mer– ced por ante mí de que doy fe. Rozas.- Doctor Antonio Otazú.– Ante mí: Mariano Meléndez Paez, Escribano de su Majestad Pú– blico, Notario Mayor .- 13' Testigo el Licenciado Don Toribio de la Torre, Abogado de esta Real Audiencia. Incontinenti, la parte de los señores electores para la informa– ción que tienen ofrecida presentaron por testigo al Licenciado Don Toribio de Ja Torre y Salas Abogado de esta Real Audiencia de quien el señor Alcalde de Primer Voto por mí el Escribano le recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y una se– ñal de Cruz según forma de Derecho, so cargo del cual ofreció de– cir verdad de lo que supiere y fuere preguntado y siendo al tenor

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