Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

150 MANUEL JESUS APARICIO VEGA Síndico Procurador General en los autos criminales que se le for– maron por adicto a la Constitución y por buen Abogado, en los que habiendo sido preso en un calabozo, sin comunicación, le dio Usía. la libertad con fianza del Haz, otorgada por el pueblo, dice: Que el día doce del que rige insto por la prosecución de la causa, exhibiendo el escrito que en copia acompaña al Escribano Actua– rio Pedro Joaquín de Gamarra, con cargo. Hasta hoy veinte y tres no se ha dado providencia ni seguido un paso al mismo tiempo que a más de instar por escrito su compañero el Licenciado Don Manuel de Borja, reo por igual crimen se ha insinuado con Usía. repetidas veces. La circunstancia no es de poco monto, donde no se puede prescindir o del castigo, de la satisfacción por tanto honor. La breve expedición de las causas de esta naturaleza está muy encargada por la Constitución que tanto veneramos. Suplico por ello a la justificación de Usía. que por esta segunda interpe· !ación exhibida con cargo y certificación de su ejemplar, que se reserva el que habla se sirva dar la providencia que corresponde con dictamen de su único Teniente Asesor y franqueándole los au– tos que contra ley se hallan encerrados y jamás en poder del Es– cribano citado. Por tanto a Usía. pide y suplica se digne proveer y mandar como solicito en justicia, que juro por Dios Nuestro Se– ñor, etc. Doctor Rafael Ramírez de Arellano. Es copia fiel del que presenté como lo juro a Dios Nuestro Señor, etc. Doctor Ra· fael Ramírez de Arellano. Señores del Muy Ilustre Ayuntamiento. El Doctor Don Rafael Ramírez de Arellano, Primer Síndico General ante Usías . en forma debida, dice: Que como es notorio el exponente ha padecido los estrépitos de una causa criminal por adicto a la Constitución: y al desempeño de su oficio de Abogado, en cuyo conflicto se ha salvado de las angustias de un calabozo con la fianza del Haz, otor· gada por el pueblo. Este se hall::.. pendiente de ella está expec· tando el resultado de tanto ruido, vigila sobre su seguridad, que finca en la integridad del Gobierno, desconfía cada individuo, y se teme iguales estrépitos, sin el leve consuelo de que se le oiga ni provea. Todo es consiguiente a la demora de la causa del que ha· bla que no puede conseguir providencia para la sustanciación del proceso, teniendo igual suerte las instancias de su compañero el Licenciado Don Manuel de Borja, Abogado de esta Real Audien· cia del mismo modo causado . Esto sobre ser opuesto a la Consti· tución es del todo contrario al orden público encargado a Usías. y en el preciso asunto de que habla el interesado no tiene por

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