Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUC!ON DEL CUZCO DE 1814 153 me presentado con dos recursos firmados por mí y otros varios ciudadanos el catorce y dieciseis de diciembre pasado, pidiendo el cumplimiento retardado de la Constitución, porque el Decreto de once de noviembre de mil ochocientos once, ordena que dentro de tercero día se obedezcan las leyes por los jueces, pena de privación y oponiéndome a Ja perjudicial erogación de dos mil pesos en dulces y refrescos que se concedieron a José Agustín Becerra para el reparto de dulces de maguey que hizo blanqueados con azúcar decidida que fue Ja solicitud se abrió juicio negándosenos los tes– timonios ya decretados, por buscar medio de vengar su odio los que sedujeron a Usía. y se hallaban mal avenidos con Ja justicia benéfica y reformante de la Constitución. Con unos pocos testigos viles seducidos, se formó un sumario monstruoso, siendo cuerpo de delito los citados recursos con el tercero de petición de testimo– nios que corren en autos y son los mismos públicamente conoci– dos que en copia jurada acompaña bajo el número uno. Todo el resultado del sumario fue haber unos degradados abogados de– clarado que en el día catorce citado, entre las gentes y plaza del regocijo fueron feriados y apuntados para suscribir unos recur– sos que firmaron libremente hombres de seso, seculares y eclesiás– ticos elogiando a Ja Constitución y pidiéndola con la acción popu– lar que ella misma concede. Creció este furor al ver contra confor– me los días más adictos al público a su soberana sanción, ya por– que se imponía mejor su justicia y beneficencia, ya porque ayudé contra los perversos facinerosos con la proclama que exhibió ba– jo el número dos y corrió en su fecha. De este modo, yo y mi digno compañero el Licenciado Don Manuel de Borja que fuimos buenos y nada sospechosos, para recibir la comisión de Usía. des· pués del primer recurso para formar los padrones, como verifica– mos con toda perfección; fuimos en los días posteriores, el objeto de toda maquinación malévola en el expediente. Como ya no se podía impedir la Constitución, se proyectó a lo menos vengar a sus aficionados y al mismo paso aterrándolos e inhabilitándolos a formar un Partido y un Cabildo de Aduladores egoístas, y bajos, escogidos, repartiendo votos por millares. A este fin su apuro se precipitó y agitó tanto la causa que se remitió a vista del Síndico pasado, declarado público enemigo mío desde mucho antes, y al fin sujeto idiota y criminal, que sólo habla con la voz de los que le siguieron angustiando a éste para despachar la vista con seña– lado término de seis horas, con cuyo resultado se remitió con igual angustia a la vista del señor Fiscal Don Bartolomé Bedoya hasta que pudo alcanzar el expediente con estas diligencias a la

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