Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

160 MANUEL JESUS APARICIO VEGA mente en brazos del afectuoso pueblo en que tal vez algunos sin devoción a nuestra persona estaban entusiasmados por nuestra inocencia y por la malicia con que se nos intentó separar del honor de las juntas. Usía. nos recibió a vista del pueblo y con meditación de nuestra causa y lo expuesto por todos con Jo demás que se des– cubrió, nos declaró libres con voto activo y pasivo, reiterado al cuarto día del suceso en cuya virtud mi compañero fue nombrado elector parroquial de la Matriz y el día catorce me honró el pueblo por medio de los señores electores, haciéndome individuo del ilus– tre Ayuntamiento con el cargo municipal de Primer Síndico. Des– de el quinto día posterior a mi salida, esto es desde el doce de fe– brero, he instado por la prosecución de la causa mediante el re– curso que en copia acompaño al número cinco. No he sido oído ni ni se me ha querido proveer por segunda vez insté con el escrito cuya copia es la del número seis que se esforzó con el auxilio del Ilustre Ayuntamiento a pedimento suyo que es el del número siete. Usía. contestó a ese consejo que daría todo a mi causa, según el oficio número ocho no verificado su palabra ni administrado jus– ticia, valor a instar al mismo Ayuntamiento por el recurso número nueve interpelase por segunda y última vez a Usía. como lo hizo según el número diez y todo ha sido vano como asimismo las su– plicas y escritos de mi compañero Borja. ¿Quién entendería, señor Presidente, el misterio de que habiéndose agitado la causa con tan acelerado aparato y reserva, reduciendo los términos naturales a los violentos de horas y momentos en días y noches hoy es más de un mes no se oía una sola providencia, ni por la integridad y buena opinión de Ja justicia, ni por los clamores de los dos opri– midos, ni por Jos ritos de la constitución, ni por las respetables in– citaciones auxiliatorias del Ilustre Ayuntamiento? Pero ya lo en– tienden todas en Jo público aquí expuesto. También entienden que extrajudicialmente se le ha buscado al Teniente Asesor por una persona caracterizada para que se exima del conocimiento de Ja causa y es confirmación de que el señor Regente está decidido a continuar la dirección con algún otro testa semejante a Esquinigo. Por todo esto en el Tribunal no hallo el mismo que pueda cono– cer en estas ni otra alguna causa mía, ni en el señor Fiscal aptitud para acusarme. Usía. es Juez de su propia causa en cuanto fue in– terpelado en su omisión al cumplimiento de Ja Constitución. Usía. me es sospechoso (hablando con respeto), y confirma su partido con los rigores que ha usado con la justicia que me deniega y con haberse señalado desde los primeros días de mi recurso, hartán– dome por tres diversas ocasiones en salutaciones como por apodo

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