Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUC!ON DEL CUSCO DE 1814 233 Ciudad, y a sus comarcas el mérito de Vuestra Merced, su conduc– ta, su bella instrucción y otras virtudes relevantes que adornan su persona y la hacen amable a todos, motivos porque echaron mano de Vuestara Merced para que fuese Primer Alcalde Cons– titucional del reciente Ayuntamiento. En este empeño, grandes y pequeños han quedado satisfechos al ver cabalmente desempeña– das las confianzas del pueblo, pues se ha visto el cumplimiento de la Constitución, la justicia y equidad han brillado y la felicidad de los pueblos se ha adelantado, pues a no haber tenido tal Al– calde no gozaría hoy el Cusco, de la paz y tranquilidad que dis– fruta. Y siendo igualmente los otros tres señores de iguales pren– das que por no ser más largo no las refiero dando fin al informe que Vuestra Merced me pide en verdad y justicia. Dios guarde a Vuestra Merced, muchos años. Cusco, enero quince de mil ocho– cientos catorce. Doctor Mariano Santos. COMPROBACION. - Yo el Infrascrito Escribano de su Majes– tad, Público del Número, Notario de la Real Junta Unida de Diez– mos de este Obispado y Escribano de Cámara Interino de la Se– gunda Sala de la Audiencia Nacional de esta Corte. Certifico y doy fe en cuanto puedo y haya lugar en derecho que la füma con que se halla suscrita la contestación de la foja antecedente y di– ce: Doctor Mariano Santos, es al parecer propia de puño y letra del Doctor Don Mariano Santos, Cura propio y Vicario de la Doc– trina de Anta en el Partido de Abancay, y a sus semejantes siem– pre se ha dado y d¡i entera fe y verdadero crédito en juicio y fue– ra de él. Y para que conste, doy la presente en esta muy noble, leal y fidelísima gran ciudad del Cusco, a diez y siete de enero de mil ochocientos catorce y en fe de ello la firmo. Mariano Me– l éndez Paez. OFICIO. - Por órdenes de este Gobierno y del Excelentísimo señor Virrey del Reino, vamos a trasladarnos a la Capital de Lima a disposición del Gobierno Superior, yo como Alclade Constitu– cional de Primera Elección del año próximo pasado; el Agente Fiscal Doctor Don Agustín Ampuero; el Primer Síndico del Ilustre Ayuntamiento Doctor Don Rafael Ramírez de Arellano y el Doctor Don Francisco Caldos, Segundo Síndico absuelto. Parece se nos ha imputado el haber ofendido la salud pública y tranquilidad de es– ta ciudad, cuando es público y notorio, que hemos concurrido a formar, conservar y aumentar esa recomendable tranquilidad ob– servando en lo particular una arreglada conducta y en el desem-

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