Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

236 MANUEL JESUS APARICIO VEGA ción de Ja paz y tranquilidad pública, en medio de las fogosida– des, y estaciones ruidosas del tiempo presente, siendo igualmente análogos a los suyos los hechos de los demás señores sus compa– ñeros, los que por ser tan públicos y notorios pudieron llegar a mi noticia, no obstante Ja distancia de mi residencia en mi Doc– trina. Es cuanto puedo certificar e informar en obsequio de la verdad y en atención del pedimento que antecede. Y para su ma– yor constancia lo firmo en la ciudad del Cusco, enero quince de mil ochocientos catorce. Bachiller Santiago Ortega. COMPROBACION. - Yo, el infrascrito Escribano de su Majes– tad, Público del Número, Notario de la Real Junta Unida de Diez– mos de este Obispado y Escribano de Cámara I nterino de la Segun– da Sala de la Audiencia Nacional de esta Corte. Certifico en cuanto puedo y haya lugar en derecho que la firma con que se halla suscri– ta Ja certificación de las fojas antecedentes y dice: Bachiller San– tiago Ortega, al parecer es propia de puño y letra de su autor Cura propio de la Doctrina de Ayaviri en el Partido de Lampa de este Obispado, y a sus semejantes siempre se ha dado y da entera fe y verdadero crédito en juicio y fuera de él. Y para que conste doy la presente en esta ciudad del Cusco, a diez y siete de enero de mil ochocientos catorce. Y en fe· de ello lo firmo. Mariano Meléndez Páez. OFICIO. - Por órdenes de este Gobierno y del Excelentísimo señor Virrey del Reino, vamos a trasladarnos a la Capital de Li– ma, a disposición del Gobierno Superior. Yo como Alcalde Cons– titucional de Primera Elección del año próximo pasado; el Agente Fiscal Doctor Don Agustín Ampuero; el Primer Síndico del Ilus– tre Ayuntamiento Doctor Don Rafael Ramírez de Arellano y el Doctor Don Francisco Galdos, Segundo Síndico absuelto. Parece se nos ha imputado el haber ofendido la salud pública y tranqui– lidad de esta ciudad, cuando es público y notorio que hemos con– currido a formar, conservar y aumentar esa recomendable tran– quilidad, observando en lo particular una arreglada conducta y en el desempeño de nuestros ministerios públicos la mayor exactitud en obsequio de la ley, de la justicia y demás resortes de bien y felicidad común. Y conviniéndonos el llevar constancia de esto, suplico a vuestra merced por mí y por los demás interesados, que a continuación se sirva informar o certificar con la verdad que le es caratcerística cuanto sepa por razón de su ministerio y que le conste de público y notorio. Dios guarde a Vuestra Merced, mu– chos años. Cusco, enero diez y siete de mil ochocientos catorce. Martín Valer.

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