Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 13 Número 17?. Al examen de los ordenandos, y de los oposito– res a curatos presenciará un Asistente Real Secular, cuyo voto, aun– que único y destituido de causa probada, podrá por una sola vez suspender Ja ordenación o colación del beneficio. Este asisten– te será elegido a pluralidad de votos por Ja Diputación Provincial, y examinará cuando le parezca a los ordenandos o beneficiandos. Número 18?. En esta ciudad y sus partidos no habrán sino tres conventos de regulares que serán el de Santo Domingo, de San Francisco y de San Juan de Dios. La casa grande del primero que se establecerá en esta Capital, permanecerá en el mismo lugar, donde hoy se halla el convento, sirviéndole de Colegio el de San Agustín. En ambas residirán sus provinciales y cincuenta o sesenta servidores, que serán suficientes para el auxilio espiritual del pú– blico, si se vela en que cu,rriplan los deberes de su sagrado instituto. Número 15P.. En el Colegio expresado y en el de San Fran– cisco se enseñarán la Teología Dogmática, la Moral y Ja Escolás: tica, la Retórica Sagrada, Filosofía Experimentada, Ja Gramática Latina y demás lenguas vivas, sin perjuicio de las cátedras que correspondan establecer en sus casas grandes. Número 2()'?. Se aumentarán las r~ntas del Convento Domi– nicano cuando se erija en casa grande a arbitrio del Ilustrísimo Obispo y de la Diputación Provincial adjudicándole algunas fun– daciones del Convento de Bethlemitas que no están destinadas a la hospitalidad de los otros conventos que se supriman. Número 21'. En las iglesias de ambas religiones no faltarán a ninguna hora dos sacerdotes que ministren el Sacramento de la Penitencia, a cuantos deseen expiar sus conciencias, y se du– plicará al menos su número por la Cuaresma; ni. podrán negar los prelados al sacerdote que solicite cualquier enfermo para Jos auxilios espirituales. Número 22?. Los religiosos de San Juan de Dios, se transfe– rirán al Convento que ocupan los Bethlemitas, en los extramuros de Ja ciudad, en el que aumentando salas de enferm!}ría ejercerán su cristiano instinto con Jos pobres, que no sean de calidad ín– dica de Jos fondos que obtienen y de los que se les agregarán per– tenecientes a los Bethlemitas para este fin hoy. Número 23?. Las rentas de este Hospital, igualmente que las

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