Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
.. ;. ;._ .. ... •. J • LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 285 .. ', tra Audiencia por el pago de deudas o por ~l cumplimiento de cuqntiosas últimas disposiciones de que es el ejecutor. Así han a.tribuido a vuestra Audiencia clel Cusco estos. sus mi– nistros el Info¡;ine que s~1os han girado. dandestinamente, no l:¡a– biéndole suscrito ni sabido de él vuestro magistrado Don- Ma-· nuel Vidaurre que no faltó del Tribunal en todos esos días y así han denigrado· la ciudad con conmociones intestinas que su Jefe le ha supuesto por cohonestar las muertes que ban ocasionado y la sangre que han vertido sus ilegales providencias; por desvanecer la proposición en que el denunciador citado en los documentos del número 3• y 1~, lo hace autor y jefe de la conspiráción que según él maquinaban algunos que permanecen presos y· se hallan procesados que los más han s'ido como familiares de. Ja casa del mismo Gobernador, por evadirse de la estricta responsabilidad a que está sujeto y por conseguir, adquiriendo el renombre de paci– ficador, los honorés y utilidades que solicita para su hijo y para él atormentado con el grado de Mariscal de Campo que obtiene Don Francisco Picoaga, a quien lo reputa por competidor y cuyas importantísimas comisiones con que vino para la final pacifica– ción de las provincias de Buenos Aires, quiso cuando menos eva– cuarla por sí propio reteniéndole los despachos, y ejecutando otros actos que·Juzgó convenientes. · La innata lealtad y la ejemplar tranquilidad en que continúa el noble Cusco son reconocidas y confesadas por ambas Américas especialmente. por las ciudades vecinas que por temor y respeto a su antigua Metrópoli no han levantado algunos el estandarte de · la rebelión y otros lo han dejado caer de las manos; son procla– madas por los mismos insurgentes debelados y derrotados por los que llaman cuicos, tablas, ccoscos, etc., y son innegables de los expedientes mismos que el indicado vuestro Gobernador acciden– tal aunque viciosamente ha seguido y lo que es más, el mismo las ha confesado en su oficio inserto en el último informe del numero 3~. La misma verdad está unánime y evidentemente "aclamada ·en los informes que a favor de Jos cuatro llamados, a pesar de que yo no las solicité, dieron en el angustiado término de seis días, su presente Ayuntamiento, cuyo individuo ya no soy, su Reverendo Obispo, tres de sus diputados en cortes, ambos colegios, algunos disc,retos canónigos, no obstante ser Canónigo y Rector de uno de los colegios el hermano de dicho vuestro Gobernador, los re– vere.ndos y discretos prelados de algunas· religiones, muchos cu– ras párrocos de la ciudad y de fuera, vuestro Mariscal de Campo '• .. '
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