Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

286 MANUEL JESUS APARICIO VEGA Don Francisco Picoaga y otros Jefes Militares. Acompaño sola– mente copias juradas de los informes del Ayuntamiento del Reve– rendo Obispo, de uno de los diputados; de uno de los colegios y de vu<::stro Mariscal de Campo Picoaga, porque los demás informan– tes se expresan en el mismo idioma de la verdad que es uno y porque la inopia a que estoy reducido y la brevedad· del tiempo no me proporcionan testimoniarles ni copiarlos todos. V .M. que no ha de disimular el castigo de tanta arbitrarie– dad, de tantas infracciones de la benéfica Constitución que ha ju– rado y dado a la Nación para su prosperidad que no ha de tole– rar la usurpación de las facultades supremas de V.M. y del rey que no ha de omitir el remedio de tantos abusos, de tantos daños y nulidades debe pedir los documentos y expedientes que se ci– tan con la celeridad y cautela que exigen acontecimientos tan escandalosos, como también los autos que organizó el Alcalde de primera elección formando competencia al indicado vuestro Go– bernador en ambas causas de sedición y motín premeditado; el expediete iniciado con motivo de unos bastonazos y puñadas que en calle pública dio dicho Gobernador antes de tener el empleo y graduación de hoy a vuestro magistrado Don Manuel Vidaurre que en traje de Tribunal se iba a su casa donde consta la resistencia que h izo el que entonces era Presidente Gobernador Intendente y Jefe Militar de la Provincia, los informes que por esta razón y otras dirigieron contra él los mismos magistrados que por sus co– nexiones presentes han informado contra mí y compañeros en ob– sequio suyo; estos mismos informes últimos, y los que han expe– dido las corporaciones y personas referidas en el párrafo anterior de esta sincera y humilde representación y no tendrá V.M. nada que desear para penetrarse de la verdad de cuanto llevo expuesto, y de mi suma adhesión a la inmortal Constitución Política de la Monarquía Española, del buen concepto que siempre he merecido del público, del recto desempeño en los empleos que he obtenido de mi ardiente y constante amor por el bien de la Patria que apa– recen de los documentos manifestados y del escrito número 5~ en que se recopilaron otras cualidades y servicios plenamente acreditados en los documentos fidedignos que presenté para tes– timonarlos, que constituyeron apologistas míos a los que hoy se han convertido en rivales, cuyos esfuerzos, espero, Señor no re– tardarán la recuperación de mi honor, y el reintegro de los da– ños y perjuicios que padezco, perseguido en obsequio de la ley fun– damental de la Nación y de la Patria. Dios guarde a V.M. muchos años para aumento de Ja Reli-

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