Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

300 MANUEL JESUS APARICIO VEGA miento de esta causa, formando en el caso, la respectiva compe– tencia. Hízolo manifestando que se había llenado de miedo rece– lando, por una parte, desaires del Gobierno de Puno, y por otra, que los indios lo matasen, en cuyo estado dispuso esta Audien– cia dar cuenta a Vuestra Alteza, como lo hace de tan avanzados y estrepitosos hechos, asegurando lo muy sensible que le es el tener que entregar al silencio hasta su voz la altanería y des– arreglo que observa en ellos y otros que advierte. ¿Hay cosa más llana y decidida por la legislación que el no goce de fuero de guerra por el militar que peca en el oficio pú– blico a que se destina por su lucro e interés? ¿Y hay, por igual– dad de razones, asunto más propio de la jurisdicción ordinaria, que el de remediar, contener y castigar Jos remarcables abusos de que el militar, a la sombra de un fuero que en tales casos no disfruta, oprima al menesteroso, lo defraude en el haber que gana a la mayor costa y lo precise a buscar en las mayores distancias, juez que entienda en estos delitos, cuando la sabia y benéfica,_ ley le ha designado uno real, ordinario, inmediato, pronto y autoriza– do para hacerlo por sí mismo, dentro de los términos que -le prescribe y no por medio de comisiones y delegaciones absolu– tamente prohibidas por ella con las apelaciones al tribunal com– petente? Pero queda con el consuelo de que impuesto Vuestra Alteza de los sentimientos significados determinará el remedio que nece– sitan estas gravísimas enfermedades del estado, según lo estime justo. Dios guarde a Vuestra AJteza muchos años. Cusco, 10 de ju– nio de 1814. Manuel Pardo. Pedro Antonio de Cernadas, Manuel de Vidau- rre. A.G.I. Cusco 8. .. ' l

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