Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

314 MANUJ:L JESUS APARICIO VEGA bién en sus oficios e informes de que tengo hecha mención con mi escrito. Consideración que me arredra alegar cuanto debo, mu– cho más al ver que en esta Capital y en la del Cusco, mantienen las más poderosas conexiones por matrimonio, por empleo y amis– tad, que se hallan en el rango sublime de Ja magistratura, que gobiernan o juzgan en el lugar mismo en que podía probar cual– quier aserto contra ellas, y que yo me hallo separado de él a tanta distancia, reputado delincuente, reducido a la indigencia y sumer– gido en la abyección. Y para que V. A. S. adquiera algunas nociones de los princi– pios que ha tenido tan implacable rencor, y que todos principal– mente se reducen a la eficacia con que como Síndico Procurador representé algunos verdaderos intereses de la ciudad y a la cons– tancia con que me arrostraba oportunamente por la observancia de la Ley Fundamental de la Monarquía cuando se infringía o ar– b itrariamente se interpretaba o como informa el Nuevo Ayunta– mi(.,-nto a fojas 69 del proceso por haber "promovido y exigido su cumplimiento por todos los medios que conceptué oportunos, sin ceder a la arbitrariedad y desorden, decidiéndome contra toda opi– nión o vicio que atentase en alguna manera cualquiera de sus ar– tículos, haciéndome también acreedor de la aceptación, de aprecio del público por mi suma moderación y suavidad características", presento el Acta del número 2? y bajo el número 3? algunos de los gravísimos informes que obran en el expediente. El mismo que suplico a V. A. S. se digné pedir en testimonio íntegro para que cerciorándose de que él es el más enérgico apo– logista de mi inculpabilidad se sirva la ejemplar justificación de V. A.S. ordenar (ya que para este y semejantes asuntos parece no tener facultad vuestro íntegro Virrey según lo resuelto por el Soberano Congreso Nacional), se me reponga al goce del no– torio buen concepto que he merecido del público hasta manifes– tarlo en sus reuniones constitucionales, y el que se me reintegren los ingentes daños y perjuicios que me han frrogado con su ilegal y s iniestro informe vuestros magistrados mencionados Don Ma– nuel Pardo, Don Pedro Cerandas, y Don Bartolomé Bedoya, libran– do para estos fines uno de los más ejecutivos y acertados decretos que vuestra Al~eza Serenísima acostumbra para que no frustrán– dose por la p1·epotencia de mis calumniantes, sientan la enormidad de sus atentados, y la primera ciudad del Perú en fidelidad, leal– tad y antigüedad deponga el escándalo que ve en acontecimien– tos tan irregulares y experimente que su libertad civil está sólida– mente fundada en la confianza que todo español debe tener, y tic-

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