Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 327 56 PROCLAMA DEL ARZOBISPO DE LIMA, BARTOLOME MARIA DE LAS HERAS, A LOS HABITANTES DEL CUSCO Nos el Dr. D. Bartolomé María de las Heras, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apos– tólica, Arzobispo de Lima, Caballero Gran Cruz de la Distinguida Orden de Carlos III, del Con– sejo de S.M. su Capellán por Honor &. A Nues– tros Muy Amados Hijos en el Señor los que Com– ponen la Capital y Diócesis del Cusco. Mis queridos hijos en el Señor, si aún son accesibles vues– tros oídos a los amorosos ecos de vuestro antiguo Pastor. Si aful prestais a sus tiernas voces esa religiosa docilidad con que las mansas ovejas se dejan siempre conducir al pasto saludable, y que casi en todos los pueblos de esa vasta diócesis cautivó tan– tas veces mi corazón, cuantas tuve la dicha de dirigirles mis con– suelos; escuchad hoy, os ruego, Jos caritativos esfuerzos de mi lánguida voz, único desahogo de este pecho oprimido con las in– faustas noticias de vuestras desgracias y peligros. Los espantosos aullidos del lobo infernal parece han reso– nado ya en el seno tranquilo de ese apacible rebaño; y por el ór– gano funesto de los novadores políticos intenta descarriado. El doloroso y siempre abominable trastorno del sistema civil, a que únicamente afectan dirigir sus empresas los genios sediciosos, es en todas ocasiones semillero de horrores y desastres que detesta Ja sana moral. Pero cuando a la vuelta de esos planes especiosos vemos romperse sin conmiseración los dulces vínculos de la ca– ridad evangélica . Clavar con furor inhumano del puñal en el inocente pecho del hermano, del pariente, del amigo. Hollar des– caradamente la honestidad, profanar el templo, insultar sus mi– nistros, y cebar del modo más impío la vil codicia aun en las propiedades sagradas ¡ay mi amada grey! ¿cómo es posible que enmudezcan vuestros amorosos pastores, y vean con la más fría indiferencia a Jos malvados robaros con necias ilusiones el pre– cioso tesoro de todas las virtudes y convertir vuestra religiosa sencillez en instrumento sacrílego de sus viles pasiones? Tended