Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 329 alcanzar del soberano au tor de todo bien el remedio más oportu· no a tanto mal. Por este dulce lenguaje no podreis desconocer a vuestro amante Pastor . Sólo me resta conoceros a vosotros por el consolante testimonio de vuestra docilidad, sumisión y respeto. Dado en nuestro palacio arzobispal de Lima, en 26 de agosto de 1814. Bartolomé, Arzobispo de Lima". En: Revista del Archivo Histórico del Cusco. N• 6. Cusco. 1955. pp. 291-293. * 57 PROCLAMA DE LOS INSURGENTES DEL CUSCO "Cusqueños: A vuestro valor se debe la libertad de vuestra Patria. Una general aclamación os da las gracias, llamandoos magníficos y dignos de las primeras glorias. Ya habeis acabado de derribar el despotismo de la España, aquel coloso, causa de nuestros infortunios y abatimientos por la eternidad de tantos años. Ya disteis en tierra con los perversos que sostenían las pesadas cadenas de dolores labrados desde el infeliz día de la usurpación, único título ·con que el español autorizaba la legitimidad de sus barbaridades. Ya consumásteis la incomparable obra de vuestra unión, ya no conoceis más señor y más dueño que vosotros mis– mos. Ya sois felices en una palabra eternamente . Ahora pues no os alucineis; no hagais caso de los temores con que algunos fementidos procuran desalentaros; no os acorbarden las sugestiones que los desnaturalizados van urdiendo por envidia, y porque os quieren siempre esclavos . Velad sobre éstos, y arran– cad sus cabezas dejando regadas sus barbas de sangre, siempre que insistan en perjudicar con los tiros de su maledicencia la se– guridad perpetua de nuestra causa . Valientes generales: Continuad con vuestra vigilancia y entu– siasmo, y sin dejaros pervertir de las amenazas y sin preocuparos con el germen de la discordia. Todos sois unos e iguales y os re– conocemos por nuestros libertadores . Congreso sabio que acabais· de ser elegido y proclamado por un pueblo en los fervores de un arrebato juicioso, grande, extraordinario y aun divino; empezad