Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

350 MANUEL JESUS APARICIO VEGA defendieron de tal modo que hasta las 12 no pudieron entrar, pues con los cañones que pusieron en las cuatro esquinas barrían las (f. 1 vta.) calles llenas de cusqueños; en este tesón hubieran con– tinuado, si no hubiera salido de la Catedral un clérigo con una bandera blanca que les llamó toda la atención, y perdier1,n el or– den que tenían. Los enemigos aprovecharon este instante se echa– ron sobre las trincheras, y a las doce y media pusieron en la Pla– za la Bandera de la revolución habiendo muerto en la acción úl– tima: Romesín, Trijolito, D. Jacobo, Batón Crespo, Cacique de Achacache, y otros hasta diez . El Gobernador huyó a la Cate– dral de donde lo sacaron y pusieron preso en el Gobierno con los Coroneles Don Protacio Revuelta, Don Jorge Guerra, Santa Cruz, Abariega, Don José Zavala, Don Julián del Castillo Vallecito, etc . y los demás hasta ciento y tantos en el Cuatrel principal. Ese día saquearon las casas de Palacios, y todas (f. 2) las de los euro– peos muertos. Así estuvieron hasta el 28, a las nueve de la ma– ñana, en que el desorden que tenían en el Cuartel principal, oca– ~ionó el que se pegase fuego a los cajones de pólvora que allí te– nían y levantan la voz de que los chapetones lo habían hecho para matarlos a todos, esta diabólica especie produjo el fin cuando la virtió y fue el que se juntase toda la cholada con los cusqueños y entrasen en el Gobierno, sacasen al Gobernador lo degollasen, lo desnudasen, y lo pusieren en una horca, enseguida hicieron lo mic;mo con Valle, y después con todos los coroneles, y demás pri– sioneros, de suerte que corría la sangre por la plaza en forma de río; ciento y tantos europeos fueron asesinados, fuera de muchos criollos que con el pretexto de que eran realistas, los <lego (f. 2 vta.) liaron también. No encontrando ya a quién matar se princi– pió el saqueo que lo sufrió toda la ciudad. En ese mismo día mataron al Prebendado Lema y al Cura de Laja, que estaba con su Cacique preso en el Cuartel, por haberlo supuesto que en ei hospicio que les tuvieron dispuesto en su pueblo cuando pasaron, fes querían dar veneno . Hasta el día no se sabe que hayan esca– pado más europeos q4e yanguas, y Cordon han llevado al Desagua– dero siete chapetones presos, que no los han muerto por empeño de Don Ramón Echenique el segundo Comandante de los cusque– ños, que son Rivero, Loredo, Pazos el del Tambo y los otros tres que son soldados. El día 13 tomaron el Desaguadero la guarnición que había se pasó toda a los cusqueños con sus fusiles, y sólo le quedaron a Revuelta 15 hombres, en este estado (f. 3) mandó a su Ayudan– te Chirbeches, para que clavara los cañones, y con los clavos y mar-

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