Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 21 lienzos y de toda especie de quinquellería por ·dos maestros que el rey, o la regencia despachan para la dirección y enseñanza de cada una de estas fábricas bajo la inspección del Ayuntamiento de la ciudad o de fa Diputación Provincial, no siendo habilitadas las fábricas por algunos particulares. Número 66?. A la fábrica de lienzos podrá seguir cómodamente la del papel, y a ésta el beneficio de una imprenta con sus ventajo– sos y diarios efectos. Número 67?. Los ayuntamientos y diputados provinciales .velarán en el adelantamiento de las fábricas, artes, manufacturas y demás inventos útiles hasta hacer ver que sólo ellas pueden mi– nistrar la prosperidad al Cusco y sus partidos, no siendo sufi– ciente el avivar su agricultura ni poder ésta llegar a la perfec– ción, ni contribuir al colono las ventajas de que es capaz aun en' .estado perfecto, si aquéllas no se aumentan y adelantan. Número 68' . En éstas se ocuparán usando de la fuerza a los' holgazanes, vagabundos y a los sumergidos en una mendicidad cul– pable, y se proporcionará ocupaciones adecuadas para las muje– res cuya mayor parte y el tercio de los varones se componen de personas que carecen de todo·oficio, o sólo tienen alguno muy pe– riódico y efímero, según acreditarán los censos que de orden del · Gobierno estamos formando de las parroquias de esta Capital. Número 69?. Los efectos de nuevas fábricas e industria est¡i.– rán libres de toda pensión hasta pasados diez años de su institu– ción, y si se logran con la habilitación del fondo público la rebaja expresada en el número 64 no será sino de un 3 por ciento. Número ?(}?. A todo propietario o arrendatario de los parajes donde se cría la quina o cascarilla se obligará bajo graves penas a manifestar cinco o seis plantas de este incomparable vegetal por una que van a consumir. Este resultado de unas meditaciones fundadas en el conoci– miento práctico de esta antigua Metrópoli del Perú, y de sus par– tidos, y en el de los daños causados por los abusos de los regla- · mentes útiles, y por la práctica de los nocivos presenta un cus– queño inflamado por el amor al suelo en que nació, y lleno de lfl más respetuosa confianza que le inspira la magnánima conducta del augusto Congreso Nacional, fatigándose más que alguno en

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