Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCJON DEL CUSCO DE 1814 355 conciencia, a pedir en esta fecha al Excelentísimo señor Virrey haga la paz o a lo menos unos armisticios con las provincias del Río de la Plata que con peso irresistible de sus triunfantes armas. La primera que sentirá los efectos de la guerra de Buenos Aires, será esa capital que verá en sus mares una formidable escuadra que no la hay en el mismo Cádiz. Y entonces, se perdió el Perú, por una política inflexible cuyas perjudiciales consecuencias ha– rán olvidar las brillantes medidas con que ha hecho célebre su gobierno ese Excelentísimo señor Virrey. Interceda, pues con él V .E. 1. para que ootrgue al Perú una paz general, y supuesto que la caridad es una virtud universal procure V. E. 1. este bien a esa iglesia metropolitana, a ésta su antigua diócesis, y a las demás sufragáneas suyas . Un príncipe de Ja iglesia, es un ministro de paz, y si proporcionándola para una sola provincia deja correr en las demás, ríos de sangre, no cum– ple sin duda con su ministerio. V .E.I. se halla cerca del pri– mer jefe del reino, en cuya mano se halla Ja salud de los pueblos: Los del Perú, después de sufrir las calamidades de la más desas– trada guerra, serán al fin víctimas del temerario empeño de ser con– quistadores; y por no ceder parte alguna de derechos contesta– dos, nos veremos en el triste caso de perderlo todo. Contribuya, pues, V. E. 1. a que el Excelentísimo señor Virrey ordene al señor Mariscal de Campo Don Joaquín de la Pezuela, que se halla muy fatigado, que ha evacuado Potosí, y que se halla errante. Capitule con el ejército del Río de la Plata en los términos más decorosos que puedan conseguirse. Así se evitará la efusión de sangre, se restituirá esta provincia a su antiguo estado, con las garantías correspondientes, y se conservará el Perú para la nación española, y para nuestro amado monarca el señor D. Fernando VII; así cesarán las calamidades de estos pueblos, se hará célebre el nom– bre de ese jefe, y de V. E. I . del uno porque procuró la paz, del otro porque la dio al Perú. Dios guarde a V. E. 1. muchos años. Cuartel General del Cus– co, 28 de octubre de 1814. Excelentísimo e Ilustrísimo señor, José Angulo.- Excelentísimo e Ilustrísimo señor Doctor Don Barto– lomé María de las Heras, dignísimo Arzobispo de Ja Santa Igle– sia Metropolitana de Lima . En: Revista del Archivo Histórico del Cusco. N• 6 . Cusco. 1955. p. 293. *
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