Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

22 MANUEL JESUS APARICIO VEGA promover la prosperidad de ambos hemisferios, ·proponiéndose como el fin más glorioso, y como la recompensa más excesiva de sus incalculables tareas la común felicidad. Por si a éstas contribuyan las ideas propuestas siquiera con la corrección de los yerros con que pueden estar concebidas me he esforzado a publicarlas sin que me intimide el contraste de las cen– suras que en semejantes casos abundan y las prodigan los que connaturalizados con los abusos, y vicios aún incorporados con el mismo Gobierno del Perú, reputan empresa peligrosa extinguir unos y otros, y mucho más los que prefiriendo sus intereses parti– culares, a los de la sociedad juzgan por su base fundamental la estabilidad de un sistema de gobierno viciado y ciego, que se prin– cipia ya a reparar a beneficio de nuestra nunca bien elogiada Cons– titución y la arbitrariedad de algunos de sus funcionarios públi– cos como el más esencial resorte para conservar la dominación española en estas inmensas· regiones. A unos y otros manifestaré cuando despreocupados exijan las causas que se han tenido presentes para estampar cada idea polí– tica que omito porque se representaron en mayor número y con mayor energía a las profundas enervaciones de los genios singu– lares que se dignan echar la vista sobre este proyecto, y por no hacerlo más dilatado y molesto: Todo él puede realizarse en el término de un año, y aun vivificar si no me engaño, con sus utilí– simas consecuencias el país al que se le ha dedicado plantificán– dose bajo la protección de un monarca como el nuestro magná– nimo, grande y sabio a quien no le intimidan las dificultades ver– daderas, y mucho menos las imaginarias, y con el sufragio de los compatriotas, que libres de las preocupaciones inspiradas por la educación y ejemplo comprenden la facilidad de ejecutarse cuan– to contienen, y aun conocen sus ventajas incalculables de las que hemos carecido por falta de resolución en emprender los medios que nos las proporcionarían fácilmente, y sin el menor riesgo co– mo son los contenidos en estas ideas, cuya mayor parte, no es sino un recuerdo de las instituciones primitivas del Cusco, y aun de todo el Perú, que se han olvidado, despreciado o corrompido, .Y siendo el fundamento, y piedras angulares del gran edificio que se principia por los pizarros, almagros y toledos, dificultamente se pueden mudar a uno por la mano más hábil y diestra sin evi– tarlo o arruinarlo. Los pocos principios nuevos que parecen adop– tados al presente son dictados por la inevitable ley de no poder ser autoridades las grandes inmutaciones sino por grandes nece-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx