Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 23 sidades a cuya práctica se debe proceder con las más sabias pre– cauciones. Jamás determiné dar a luz estos humildes pensamientos y me– nos dirigirlos hasta la eminencia donde deseo lleguen por lo de– licado y arduo de asunto tan importante, y por mis limitadas no– ciones hasta verme constituido en la irresistible necesidad de ofre– cer este sacrificio a mi patria por la punible inacción de los que con mayor acierto podían y debían desempeñar tan recomenda– ble objeto, y de los que abusando de la confianza pública no han verificado a cualquier precio colocar un Diputado en las supre– mas cortes que representase los derechos de esta fidelísima ciu– dad, y las recompensas a que justamente es acreedora por sus servicios pretéritos y mucho más por los presentes con los que ha desmentido la ingrata y criminal calumnia que han vertido con– tra ella algunos maldicientes atrabiliarios para cohonestar sus más abominables atentados, confirmando a pesar suyo la verdad incontrastable de los antiguos renombres que justamente se la han concedido, siendo el brazo más esforzado, y en cierto modo el úni– co que sostiene la denominación de nuestro suspirado rey y señor don Fernando VII en la mayor parte del Perú contra los pueblos que han levantado el estandarte de la rebelión. Espero con resignación sumisa la corrección de los yerros que inculpablemente hubiese concebido y expuesto la que no dudo será modesta si emana de censores juiciosos y de verdaderos pa– triotas y desnuda de las invectivas con que han clasificado dos es– critos que varios sujetos presentamos oportunamente a este Go– bierno dirigido el uno a la inmediata publicación y observancia de la sabia Constitución de la monarquía española, y el otro a evitar la extracción de más de dos mil pesos de los únicos cuatro mil destinados para la conducción del diputado de esta ciudad al soberano Congreso Nacional con el título especioso de solemnizar su publicación con refrescos, o afianzar los que ordenaron seme– jante inversión (que se ejecutó) para reponer la cantidad siem– pre que el juzgado competente graduase de injusta o excesiva su extracción, sin que hayamos conseguido el testimonio de ninguno de ellos, a pesar de haberlo solicitado, entregando algunos reales para que se nos franquease, y sí únicamente el irreconciliable odio de los que por las presentaciones se han juzgado agraviados, y el de sus aliados quienes artificiosamente han puesto de su parte a algunos jueces, principales hasta comunicarle su odio contra los representantes, el que no ha podido disimular en varias ocasiones en que les han manifestado el deseo impaciente que les acompaña

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