Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

394 MANUEL JESUS APARICIO VEGA rácter, representación y un celo conocido por el mejor serv1c10 del Rey, hasta que la superioddad del Excelentísimo señor Virrey tiene a bien disponer otra cosa, con concepto a la notoria prisión que sufre el Teniente Coronel Don José Gabriel Moscoso, desde que las rebeldes tropas de Pumacahua invadieron esta Capital, las cuales le han conducido entre otros individuos beneméritos; ven– go en fiar al cuidado de V.S. este delicado cargo, tanto más es– pinosa en las circunstancias del día, cuanto que sólo su actividad y el lleno de conocimiento que le asisten, podrán ocupar el vacío que encuentro para la reorganización de los cargos de administra– ción pública y el más pronto restablecimiento de la común tran– quilidad de estos meritísimos habitantes .- Bien comprendo que habrá de ser a V. S. demasiado repugnante esta comisión; pero, cuando el bien público pide sus sacrificios, parece que no debe negárselos V. S. Así, espero que en consecuencia de la presente orden se presencie V. S. con ella en el Ayuntamiento a efecto de que se le reciba interinamente en el insinuado empleo de Goberna– dor Intendente, con las formalidades que son del caso; dándome de ello oportuno aviso para mi inteligencia .- Dios guarde a V. S. muchos años. Cuartel General de Arequipa, diciembre nueve de mil ochocientos catorce.- Juan Ramírez. - Señor Brigadier Don Pío Tristán.- Sala Capitulilr de Arequipa, diciembre diez y siete de mil ochocientos catorce.- Tómese razón y devuélvase.- Siete rúbricas. - Vinatea Secretario. - Es copia de que certifico. - Melchor de Vinatea.- Secretario. Arequipa: Del Libro de Tomas de Razón de Reales Cédulas, Provisiones y Superiores Ordenes que corre desde el año de 1811. (1811-1825) (f. 168-169 v.). Archivo Municipal de Arequipa. * 97 CONFESION DE JOSE DIEZ FEIJOO En el Cuartel General de Arequipa, a diez y nueve días del mes de diciembre de mil ochocientos catorce . El señor Doctor Don Diego Villabaso y Huerta, Abogado de las Reales Audiencias del Reino y Auditor Auxiliar de Guerra, pasó al Convento de Nuestro Padre San Francisco, a efecto de tomar la confesión mandada al