Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
402 MANUEL JESUS APARICIO VEGA prisionero en la acción de Cangallo, fue llevado al campamento de los enemigos, donde encontró a Feijoo que estaba sirviendo mucho en cuanto le era posible a los demás prisioneros, cuya es– pecie la comprueba también el Coronel r etirado don José Menaut, quien por medio de una certificación que dio a instancia de Feijoo, de mandato del mismo auditor con citación fiscal; asegura, que habiendo sido hecho prisionero en el Campo de Pacheta, fue lle– vado a Cangallo donde halló a dicho Feijoo (f. 20v.) que estaba administrando algunos auxilios a Picoaga, al intendente Mos– coso, y a otros que asimismo habían sido hechos prisioneros, y que habiéndole pedido un poncho para taparse porque iba en ca– misa y sudando, se quitó del cuerpo un capotón de paño negro para que se abrigara, y después le dio un ponchito para ir a Arequipa. Resulta también de otra certificación dada en Ja propia for– ma por don Pedro Pascual Bernales, Cura propio de la doctrina de Livitaca en el Obispado del Cusco, que don José Feijoo, no se halló en esta ciudad cuando acaeció Ja revolución sino en el San– tuario de Urquillos, desde donde vino a refugiarse a la sombra de su Prelado, temeroso de que le levantasen alguna otra calumnia como Ja anterior, de la que sin vindicarse Je declararon inocente y siguió en su beneficio, que después de verificada la revolución del 2 de agosto, predicó en la Catedral del Cusco, a presencia de los insurgentes en favor de los derechos del Rey, y que al oír su contenido· temió el certificante, fuese desairado por Jos insurgen– tes y que reconvenido por él mismo de su a rrojo, Je contestó que el púlpito era Ja Catedral de Ja verdad, y que así debía decirlo porque convenía en las circunstancias. Con el objeto también a comprobar el nombramiento que Je hizo el R. Obispo del Cusco, de Capellán del Ejército de los In– surgentes, presentó el título original que se le despachó en 21 de setiembre de 1814, en el que se expresa que dicho nombramiento se hizo a petición del caudillo de los revolucionarios Mateo Gar– cía Pumacahua, para la expedición que se dirigía a sus órdenes a la ciudad de Arequipa. Conclusa la causa y estando ya para determinarse, apareció una carta escrita y firmada en Arequipa, a 15 de noviembre del mismo año de 14 por el citado Feijoo a su hermano don Manuel en que le decía, que estaba en aquel ejército de Capellán Mayor y V/cario de Ejército, que éste había triunfado de la tiranía y espe– raba en Dios triunfaría; que si no cesaban pronto vendía su casa, pues los intereses de la Patria le ponían urgente; que allí no se
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