Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCIOÑ DEL CUZCO DE 1814 27 formar con nuestros votos. Sus individuos que periódicamente se han de suceder y volver a reposar en el seno de su familia, han de gozar de la prosperidad que el día antes habrían establecido. No nos fastidiará la perpetuidad de sus vocales. La desidia, aban– dono e inacción de los desconocidos que desprecien su encargo, ce- saron bien pronto, cesando el año preciso y verán con dolorosa 1 .' confusión el ceño y desdén de sus conciudadanos. La actividad, • 11:. patriotismo, fortaleza Y· espíritu público con que los buenos sa- tisfarán su importante comisión; después de conducirlos al hon- roso descanso de la patda grata, servirán de norma, ejemplo y emu- lación a los que sucedan. · ¿Hay más que desear para el bien y gloria de la Nación? Esta sabia heroína ha hecho ver a presencia de las sociedades to– das, que no era quimérica la felicidad qqe se fingió en la república pl<i:t9nica . Felices infortunios, que en un grande conti:aste han me– recido la mejor redentora! Venturoso que en la firmeza de una sa'bja socieda'Cl poseída de sí misma, ha grabado con fe pública el regreso y descensión de aquella hermosa virtud, que cansado de la injusticia se profugó a los cielos! Jam Redir Et. Virgo. Venid hermosa amiga a los brazos de los ciudadanos que tantos siglos abandonaste, venid sabia Constitución al suave lecho del con– tento y puntual observancia. Corred, hermanos, volad a recibirla, no os engaña que es muy sencilla y justa. Ella con sus obras satisfará a los preocupados, y hará ver '.que no viene sino a asegurar m¿estra existencia política, nuestro honor, abundancia, quietud, libertad, y todo bien: ella misma escarmentará a esos fanáticos reos de lesa Constitución que tal vez meditan profanar tan sagrada Ley, y fascinar a los crédulos. Denunciad y señalad con el dedo a estqs anticiudadanos que a toda luz jamás osarán presenatrse. Eso,s son nuestros enemigos, esos los que opuestos a la justicia y verthidera felicidad inteptan perpetuar la degradación de nuestra dignidad y grandeza. Confundid esos proyectos del diablo, ins– trui,d a todos y alentándolos, corred a las juntas parroquiales, ele– gid~_con dignidad y desimpresión posesiones de esa hermosa par– ticipación de la soberanía que nos hace la constitución, y prepa– raos para las demás juntas que luego constituirán a nuestros di– putados de Corte cuyo auxilio acabará de elevar la sociedad a ese colmo deseado de felicidad. Cusco, enero 17 de 1813.

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