Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA.REVOLUCION DEL CUSCO DE )814 42S Por ·cuanto las recién pasadas turbulencias que han afligi~o nuestro ánimo y los de toda nuestra Diócesis por la irrupción de lc>s enemigos insurgentes del Cusco, en la Capital de Arequipa , a la que cedieron como por necesidad muchos de los pueblos iner– mes de la Província, nos han impedido el circular el Real Decre– to de 4· de mayo, dado en Valencia que recibimos en la Ciudad de Arica, con el mayor regocijo ·de nuestro corazón, ahora que esta- ' mos ya disfrutando de la libertad y tranquilidad, a que nos han traído las Armas del Rey mandadas por ef señor Mariscal de Ca¡n– po Don Juan Ramírez, no queremos perder un mome'nto sin pu– blicar en todas las iglesias de nuestra Diócesis el dicho Real .De– creto apoyado en las razones más sólidas en las que se funda Su Majestad para declarar por nulas las Cortes anteriores que .han sido disueltas por su Real autoridad, y por nulo igualmente el Có– digo de la Constitución que se nos había enviado por las dichas Cortes y juntamente el· otro Real Decreto de 24 del mismo Mayo, dado en Madrid, en el que Su Majestad manifiesta lo arreglado de sus intenciones, y da a conocer el tierno amor. que ocupa su · corazón a favor de todos sus vasallos, así de Europa como de América, el que fue recibido por Nos después de la evacuación de esta ciudaa por los enemigos, estando ya de regreso de nuestra santa visita en este mismo Pueblo Capital de nuestra Diócesis, mandando a todos nuestros Vicarios que cada uno en su propia Iglesia los hagan leer en el púlpito después del ofertorio de la Misa Mayor por tres días festivos, les den asiento en los · libros de su Parroquia, como asimismo a este nuestro edicto, que los acompaña que deberá también ser leído del mismo modo en su seguida de ellos, y luego sean circuladas por los dichos nuestros Vicarios a todos los párrocos del distrito de su mando, a fin de que cada uno haga lo mismo en su Doctrina y Nos dé parte de haber– lo cumplido, como lo tenemos mandado por punto general sin contentarse con el certificado que ponen al pie de la Circular de haberlo recibido quedan enterados y prontos a su cumplimien– to. Queremos también., y mandamos a los dichos nuestros Vica– rios y Párrocos que expliquen a su Pueblo así en el púlpito, como en sus conversaciones públicas y privadas los sólidos fundamen– tos en que estriba Su Majestad para· d~clarar por nula la Consti– tución de la Monarquía dada por las Cortes, los cuales convencen hasta la evidencia de su nulidad. Nos recibimos con todo el acatamiento que exigían las pasa- I'

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