Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 433 cuántas son las· especies de aves, cuántas las de las bestias y cuán– tas las de los peces. Considerad que dentro de una m isma especie ha puesto por ejemplo entre los pájaros, que llamamos jilgueros, los uno sobresalen a los otros en Jo continuo de su canto, los otros en lo sonoro, los otros en lo armonioso, los otros en la hermosu-' ra de su color. Todo esto vemos en los seres que se presentan a nuestros ojos corporales sobre la faz de la tierra y si levantamos estos mis– mos ojos a la esfera celeste, ¿cuánta diversidad de astros descu– cubrimos, diferentes en brillos y resplandores? Si nos transpor– tamos en espíritu al cielo, y elevamos los de nuestra mente a aqu~ lla altura, a donde no alcanzan los ojos de nuestro cuerpo en aquella región sublime, e inaccesible a nuestros conocimientos naturales ~lumbrados por la fe, hallamos varias jerarquías de es– píritus celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones, prin- · cipados, potestades, virtudes, querubines, serafines, diferentes en conocimientos y en elevación y en todo esto resplandecen la sa– biduría, la omnipotencia y la provi'dencia del soberano, esencial, y necesario ser, que todo lo ha criado, sacándolo del seno de la nada para su gloria. Así pues, descendiendo ahora a los hombres que son las cria-. turas que más se acercan y asemejan a los ángeles por su r acio– nalidad e inteligencia, a quien Dios ha sometido todas las bestias de la tierra, las aves del cielo y los peces del mar, vemos que pro– cediendo todos de un solo hombre y una sola mujer, también en– tre ellos nuestro Dios que es el Autor de toda la naturaleza, y que como dueño absoluto de sus dones los reparte libremente s~ gún quiere, ha establecido ciertas diferencias en el Espíritu y en el cuerpo de que constan y ciertas jerarquías, como entre los án– geles y éstas en tres órdenes, que podemos distinguir en ellos cuáles son natural, sobrenatural, político y civil. En el orden natural vemos que unos por lo que hace a la par– te espiritual tienen mayores talep.tos que otros, otros mayor es– píritu, otros más suavidad de genio, de modo que unos son su– mamente inteligentes y aptos para las ciencias, por lo que llegan a ser sabios, otros absolutamente necios, tontos e ineptos del to– do para adelantar en ellas; otros de índole feroz, otros de genio nianso y otros que están en la medianía con relación a estas cua– lidades. Por lo que hace al cuerpo unos son sumamente fornidos· y ágiles, otrós débiles, enfermizos, torpes y tardos, unos de ·ga– llarda y hermosa presencia; otros feos y otros medianos lo cual "
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