Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA RBVOLUCION DBL CUZCO DB 1814 29 Inmediatamente, pidió el pueblo saliese la Junta Parroquial al patio del Convento por no ser suficiente el General donde se hallaban congregados para tanta gente a pesar de su mucha capa– lcidad, y luego el ilustre Sr. Presidente y demás concurrentes, 'principiaron a salir al lugar destinado en el que puestos los corres– pondientes asientos para el primero, para el Dr. don Juan Becerra, tlilO de los Párrocos de la Matriz que· se halló presente, para los escrutadores y secretario, preguntó el digno señor Presidente si tenía algo que exponer de haber intervenido soborno o cohecho, a fin de que las elecciones recayesen en ciertas y determinadas per– sonas, y respondieron que no había persona que laborase en este defecto. Después volvió a preguntar si estaban contentos con los escrutadores y secretario nombrados, y también absolvieron la pregunta; incontinenti exhortó el esclarecido Jefe, procediesen a las elecciones con temor a Dios, fidelidad al soberano, amor a la patria, y respeto a las autoridades y protestaron todos conducirse bajo este supuesto. ., Se dio principio a Ja votación de electores para el ayunta– miento, siendo el primero el muy ilustre señor Presidente que dic– tó a los escrutadores y secretario sus votos, y estando asentado el que manifestó para el tercer elector de cinco que cupieron a esta Matriz, preguntaron por voz general si podían votar por los dos abogados presos, y se respondió por este seño1· y unos pocos hallarse privados de voz activa y pasiva por estar procesados cri– minalmente, a lo que contestó el pueblo los condujesen allí para ver su criminalidad o inocencia, pues, la presunción a favor de ésta era común, pero como el muy ilustre señor Presidente diese la respuesta negativa la que comprobóla el teniente asesor don Pedro López de Segovia, que desde el principio se hallaba a su lado alegando el conocimiento privativo del Juez de la causa, se ex– cusó éste a librar la orden de la libertad de ambos presos; esta conducta hizo prorrumpir al pueblo irse a traerlos sin orden al– guna, y salieron muchos con este designio que expresaban, lo cual observando suplicaron los concurrentes próximos a la persona del muy ilustre señor Presidente expidiese la orden respectiva bajo la ·.; fianza del haz, y condescendió éste; en cuya virtud, le extendió la boleta de fianza la que leída al pueblo la rechazó por faltarle la cláusula de obligarse los fiadores a nombre de él; y como sus re– presentantes, y solicitó se formase otra con este requisito, que efectivamente se hizo y se leyó en el público y firmaron los te– nientes coroneles don Martín Valer, don Domingo Rozas, y el ca– pitán don Juan José de Olañeta.

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