Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

460 MANUEL JESUS APARICIO VEGA el pueblo; pero que en estas conversaciones aunque en algunas de ellas percibía la adhesión que por un yerro de entendimiento, y en ningún caso voluntario demostraba el dicho Presbítero Recabarren a Ja causa de los insurgentes; sin embargo de esto no acuerda el de– clarante haberle oído decir claramente cuál era su opinión; an– tes por el contrario tiene presente que le aseguró en cierta ocasión que estudiaba por no declarar sus sentimientos, y la opinión de que se hallaba poseído en ninguna conversación de las que frecuen– temente ocurrían entre las personas seculares. En confirmación de esto aunque nunca asistió en su compañía a sus tertulias o casas de sus amigos, en tal cual ocasión que entraban en las casas del decla· rante, o al denunciado en donde solían encontrar una que otra pel'– sona que por cumplimiento, o amistad les visitaban no le oyó sedu– cir a nadie, ni menos declararse delante de estas personas con en– tusiasmo por la causa revolucionaria; que tampoco sabe que este Edesiástico cooperase de palabra, o a otro cualquier modo a fo– mentar la revolución. Que esto es lo que sabe y puede declarar ba– jo del juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó sien– dole leída esta su declaración, y lo firmó con el señor Vicario por ante mí de que doy fe. Doctor Luis Prieto (Rúbrica) Dr. Narciso Velásquez (Rúbrica) Ante mí: Pedro No/asco Nieto (Rúbrica) Notario Público En la ciudad de Arequipa, a primero día del mes de febrero de mil ochociéntos quince años. El Ilustrísimo señor Don Luis Gon– zaga de la Encina, mi señor, del Consejo de S. M. dignísimo Obispo de esta Diócesis, etc. dijo: que por cuanto había llegado a su noti– cia que el Doctor Don José Mariano Recavarren, clérigo presbítero, su domiciliario, olvidado del precepto formal que tenemos de amar, obedecer, respetar y venerar al Rey, ha tenido conversaciones y dis– putas sediciosas, que conspiran contra los derechos del soberano, manifestando con ellas su escandalosa adhesión a la causa de los revolucionarios e insurgentes y contraria a la justa, que con tanto tesón defendimos, debía mandar, y en efecto mandó, que para ocu-